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Mostrando las entradas etiquetadas como Arzobispado

Las columnas de la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla y la "Esquina Matacanónigos"

  En 1565 el Cabildo Catedral, es decir, los canónigos de la Catedrald e Sevilla, con su arzobispo al frente, en sede vacante el vicario capitular, acuerdan colocar alrededor del perímetro de la Catedral columnas y cadenas con lo que pretendían evitar el ingreso de caballerías y mercaderes en el tempo o al inmediato pie del mismo. Esto es una protección sobre las ya existentes gradas de la Catedral, pero el uso de cadenas no es sino la expresión de los límites jurisdiccionales eclesiásticos frente a los civiles. Expresión también de los límites para la inmunidad eclesiástica. En el recinto eclesial podían refugiarse delincuentes perseguidos por el brazo secular y la justicia civil no podía hacer nada contra ellos porque estaban pisando suelo eclesiástico. Alrededor del templo mayor de Sevilla hay 157 columnas y una escalinata que llamamos gradas, que vienen a corregir también el terreno, que se eleva hacia el este y desciende hacia el oeste.  Algunas de estas columnas fueron traídas

FERNANDO III EL SANTO

El 30 de mayo de 1252, muere en Sevilla Fernando III El Santo y, para honrar a su amigo, Muhammad I de Granada determina que cien nobles partan hacia Sevilla con un cirio cada uno, repitiéndolo en cada aniversario. El cadáver del rey Fernando III el Santo recibió sepultura en la Catedral de Sevilla, tres días después de su defunción. Fernando III hab ía dispuesto en su testamento que su cadáver recibiese sepultura al pie de la imagen de la Virgen de los Reyes, que se supone le fue regalada al monarca por su primo, el rey San Luis de Francia, y había ordenado además que su sepultura fuera sencilla, sin estatua yacente. No obstante, tras la muerte del rey, su hijo Alfonso X el Sabio ordenó realizar los mausoleos de sus padres, revestidos de plata, y las efigies sedentes que les representaban, recubiertas de metales preciosos y piedras preciosas, contraviniendo así el deseo de su padre. Delante de la imagen de la Virgen de los Reyes, donada por Fernando III el Santo a