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Mostrando las entradas etiquetadas como Prehistoria

Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano

  « Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano » (Isaac Newton). La historia oculta de las civilizaciones olvidadas es un artículo que comparto porque hay mucho más de lo que se estudia en la Facultad de Geografía e Historia y mucho más de lo que la ortodoxia está dispuesta a admitir, aunque incluyo haya en los museos pruebas fácticas. Si la ciencia, es decir en este caso, la arqueología, la historia y la genética se pusieran de acuerdo y fuesen valientes hablando de lo que hay y de lo que hubo, avanzaríamos mucho. El humano y el no humano tienen derecho a saber, los animales no humanos tienen tanto derecho como el humano a compartir las ventajas del conocimiento. Hay temas no suficientemente estudiados e incluso obviados, pero que constituyen un reto que la humanidad se merece descubrir.

Guardería de elefantes prehistóricos de Matalascañas

    Matalascañas, aquella playa sevillana de hecho que de derecho otrora fuera parte del reino de Sevilla es una caja de sorpresas. Se han descubierto una guardería de elefantes en Matalascañas que data de la Prehistoria y que ha sido desvelada por la presencia de un conjunto de huellas, que analizadas revelan que las elefantes hembras criaron en este lugar a sus recién nacidos en un espacio de tiempo que abacaría más de 100.000 años. Del hallazgo se hizo eco ABC Ciencia Madrid. Matalascañas hoy pertenece a Huelva, pero eso a los elefantes poco le importan, a la arqueología tampoco, el caso es que el conjunto de huellas hallado, fosilizadas, lo que sugiere es que el área se utilizó por Palaeoloxodon antiquus, elefantes de colmillos rectos, para criar a sus hijos recién nacidos en el Pleistoceno tardío, hace entre 129.000 a 11.700 años. Carlos Neto de Carvalho está al frente de la investigación, pertenece a la institución Geoparque Mundial de la UNESCO Naturtejo, Idanha-a-Nova, en Portu

Lémures gigantes en Madagascar

Existe en Madagascar una cueva submarina en la que se han encontrado huesos de lémures gigantes, algunos de los cuales llegaban al tamaño de los actuales gorilas que nosotros conocemos.   Se sabe y, en algún artículo ya hemos tratado, que el aumento de la temperatura en el planeta produjo, sucesivamente, que los cuerpos de los distintos animales, incluido el hombre, disminuyesen de tamaño. Esa es la explicación que la ciencia alcanza a dar a este fenómeno hasta el momento. Pero estamos hablando de épocas pretéritas de edad incontable, contemporánea a los dinosaurios, cuya desaparición también es un misterio.   No está claro cómo explicar la presencia de estos restos de lémures en estas cavernas submarinas, cómo llegaron los huesos a estos ls subugares que hoy pertenecen a las profundidades marinas. Quizás otrora fueran superficie y no profundidades. Pero los científicos consideran que podrían haber sido arrastrados estos restos allí siendo empujados por las corrient

Señales de vida antigua

En una cueva de Naica, México, los científicos encontraron, en sus cristales gigantes, vida incrustada. An principio de sus investigaciones los científicos no esperaban encontrar señales de vida alguna pero sin embargo vinieron en afirmar que la vida y los restos de vida, que allí encontraron tenía una edad de unos 50.000 años.  Se trataba de bacterias y microbios que habían prosperado en la cueva alimentándose de los minerales que en la cueva se encontraban, como hierro y magnesio, que digieren dentro de las formaciones de cristales. Este descubrimiento es importante porque estas bacterias amplían los rangos de las condiciones bajo las que la ciencia admite existencia de vida y las condiciones en las que puede prosperar.  Estos estudios podrían ayudar a que la ciencia estudie el origen de la vida o la vida en sí en otros planetas, las condiciones extremas en las que vivieron y/o se desarrollaron. Estos descubrimientos científicos son desconce

Lo que comunica la Biblioteca de las Piedras de Ica

  Según el doctor Cabrera, descubridor de la Biblioteca de las Piedra de Ica, la antigüedad de la civilización que grabó las piedras de Ica podría contarse, más que en años, en ciclos solares . En las piedras se observa que esta civilización computaba el tiempo en meses de 28 días. Si se multiplican esos 28 días por 13 constelaciones el resultado son 364 días, es decir, la duración del año entonces era de 364 días, el tiempo de la Tierra en darle una vuelta completa al Sol. La explicación de la diferencia entre esos 364 días y los contemporáneos 365,25 es que según la ciencia tiene demostrado que el Sol pierde materia; y aunque sea mínimamente esta pérdida de materia solar afecta a los planetas que giran a su alrededor. Al perder materia, la atracción que ejerce el Sol sobre los astros que giran a su alrededor es ligeramente inferior, lo que produce un alargamiento de la elipse de la Tierra orbitando alrededor del Sol. Si la elipse de la Tierra se alarga,

Las piedras grabadas de Ica revelan una civilización con conocimientos astronómicos

  Una de las series de grabados de las piedras de Ica reflejaba los hemisferios oriental y occidental de la Tierra, grabados en dos pesadas piedras circulares. Hemisferios donde apenas si se pueden reconocer los continentes que hoy habitamos pero que constituían el globo terráqueo hace millones de años, tal sería su fisonomía, pero…, si no es con una avanzadísima civilización cómo fueron capaces de plasmar sobre la piedra la forma de los continentes, sin ser vistos desde arriba, sin las técnicas modernas que hoy contemporáneamente conocemos. En estas grandes piedras aparecen dibujados, grabados, los viejos continentes pero también hay formas que parecen ser continentes hoy desaparecidos tales como Atlántida y Mu; y, en estos citados continentes, aparecen también las razas que los poblaban en aquel momento en que se realizaron los grabados de las piedras de Ica. Sorprendente una de las piedras en las que se ven tres seres de idéntica fisonomía a los que aparecen en el resto de l