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San Juan Bautista




Este es el único santo del cual se celebra su fiesta en el día de su nacimiento.
Vino al mundo en Judea, seis meses antes de que naciera Cristo. Su nacimiento fue milagroso, porque un ángel lo anunció a sus padres, ya ancianos.

Seguramente recibió una esmerada educación al estilo judío, puesto que su padre, Zacarías, era un sacerdote israelita. Este, inspirado por el Espíritu Santo, había vaticinado que Juan "sería profeta del Altísimo e iría delante del Señor para preparar sus caminos". Lc. 1,76

El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta de la siguiente manera el nacimiento de Juan: Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la derecha del altar.

Al verlo se asustó, mas el ángel le dijo: "No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios".

Pero Zacarías respondió al ángel: "¿Cómo podré asegurarme que eso es verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?".

El ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla".

Seis meses después, el mismo ángel se apareció a la Santísima Virgen comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia del embarazo de su prima Isabel.

Llena de gozo corrió a ponerse a disposición de su prima para ayudarle en aquellos momentos. Y habiendo entrado en su casa la saludó. En aquel momento, el niño Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, porque acababa de recibir la gracia del Espíritu Santo al contacto del Hijo de Dios que estaba en el vientre de la Virgen.




También Santa Isabel se sintió llena del Espíritu Santo y, con espíritu profético, exclamó: "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.



¿De dónde me viene a mí tanta dicha de que la Madre de mi Señor venga a verme? Pues en ese instante que la voz de tu salutación llegó a mis oídos, la criatura que hay en mi vientre se puso a dar saltos de júbilo. ¡Oh, bienaventurada eres Tú que has creído! Porque sin falta se cumplirán todas las cosas que se te han dicho de parte del Señor". Y permaneció la Virgen en casa de su prima aproximadamente tres meses; hasta que nació San Juan.

De la infancia de San Juan nada sabemos. Tal vez, siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios porque el contacto con la naturaleza le acercaba más a Dios. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la oración.

Siguiendo su vocación profética extraordinaria, Juan se retiró desde muy joven al desierto, en donde llevó una vida de gran austeridad: vestía pieles de camello, se alimentaba de langostas y miel silvestre y, sobre todo, vivía entregado a la oración.



Muy pronto, hacia el año 26 o 27 de nuestra era, comenzó a predicar la sincera conversión a Dios, no sólo a los pecadores declarados y públicos, sino también a los encubiertos, que se consideraban intachables, como los fariseos y doctores de la ley.

"Entre los nacidos de mujer, no surgió nadie mayor que Juan el Bautista"

En este caso, las palabras de Jesús "dichoso el que no se escandalice de mí", serían dichas para confortar a Juan, animándole a aceptar el supremo sacrificio.

Luego se cumple su destino. Herodías quiere verlo desaparecer a causa de que Juan había denunciado su adulterio al dejar a su marido y estar con Herodes hermano de su esposo . Cuando su hija Salomé cautiva a los invitados con sus danzas en un banquete, el rey le promete cumplir cualquier deseo que se le ocurra. Salomé acude a su madre, y Herodías le hace pedir la cabeza de Juan Bautista en una bandeja.

El rey se estremece ante la enormidad del crimen, pero es débil y cede. Los esbirros cumplen la orden y le traen la cabeza del Bautista.

Juan ha cumplido ya su misión. Pero ¿cómo es posible, Señor, que tus discípulos estén a merced de los impíos?

El misterio de la Cruz de Jesús está ya presente en este martirio. Su sangre no será inútil. "La cabeza de Juan Bautista predica mejor desde la bandeja que sobre sus hombros".

Ecce Agnus Dei qui tollis pecata mundi

A san Juan se le suele representar vestido con pieles de camello debido a la vida de austeridad y penitencia que llevó en el desierto. Aparece portando un cordero en simbología a Jesús cuya venida él anunció, y con la palabras que exclamó cuando Jesús llegó al río Jordán para ser bautizado:

"He ahí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo".


San Juan, el precursor de Cristo

Juan Juan Bautista es el Precursor, es decir, el enviado por Dios para prepararle el camino al Salvador. Por lo tanto, es el último profeta, con la misión de anunciar la llegada inmediata del Salvador. Él no era la luz: vino a ser testigo de la que ya habita claridad sin fin; él no era el Señor; vino a ser su amigo, su siervo, su apóstol y su paladín.



Primitiva tumba de San Juan Bautista en Samaria

 

Relicario con el presunto cráneo de Juan en la Catedral de Amiens, Francia.

San Jerónimo, siglo IV, Rufino de Aquileia y Teodoreto dicen que el cuerpod e Juan EL Bautista, fue llevado desde la fortaleza de Maqueronte hasta Sebaste, en Samaria y allí fue sepultado "Ubi nunc Sebaste est, in qua et sancti Ioannis Baptistae ossa sunt condita".

Santa Paula de Roma, discípula de San Jerónimo, escribe que ella veneró los sepulcros de Esiseo, Abadías y Juan Bautista  en Sebasta, y Rufino de Aquileia dice que el emperador Julián El Apóstata, en el 361 había profanado el sepulcro. También asegura Teodoreto que estaba el sepulcro allí, no se sabe si vacío o no. Y los numerosos peregrinos que por allí pasaron en los primeros siglos, hablan de la tumba unos, y otros de las cenizas ya que el cuerpo de Juan habría sido quemado por el Apóstata. Solamente hay un autor, Niccolo da Poggibonsi, que en el 1347 asegura que el cuerpo había sido trasladado desde Samaria hasta un monasterio en la ribera del río Jordán.

Existen dos tradiciones con respecto a la cabeza. Según una de ellas, en tiempos de Teodosio El Grande, 385, llevaron la reliquia desde Cilicia a Hebdomon, que era un suburbio de Constantinopla; y, en tiempos de los cruzados, desde Constantinopla, habría llegado a Occidente.

La otra tradición afirma que la reliquia fue llevada por monjes desde Palestina a Emesa, en tiempos de Valentiniano III y Marciano, el año de 450 y, que desde allí la trasladaron al monasterio Spileon, en Grecia.

Pero hay reliquias auténticas y falsas, entre los relicarios autentificados como del cráneo completo de San Juan están los de la iglesia de San Silvestre in Cápite, en Roma, esta reliquia se encuentra en este lugar desdel el pontificado de Inocencio II, siglo XII; en la Catedral de Amiens hay otro desde 1206, otro en Residenz Museum de Munich, otro en la Catedral de Viterbo en Italia, donde se encuentra un mentón; en Köln, Alemania; en Montes Altos, Grecia; en Raychani, Macedonia; en Estambul; y relicarios con parte del cráneo en Damasco, Siria; Aosta, Italia; Ragusa, Italia; Quarante, Clugnat, Maurienne, Bourganeuf, Tremaouezen, Panazol en Francia; Condado de Flandes, Gent, Nobressant, Soignies en Bélgica; Wadi-El-Natroom, en Egipto; Mega Spileon monastery Kalavrita, Grecia; Zurich, Suiza; Zadar, Croacia; Efkere, Armenia, en Jerusalem, en Barezhani, Ucrania, etc.


 
Craneo, supuestamente de San Juan Bautista, venerado en San Silvestre in Capite, Roma.

Con respecto al cuerpo pasa algo similar.

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