En una cueva de Naica, México, los científicos encontraron, en sus cristales gigantes, vida incrustada. An principio de sus investigaciones los científicos no esperaban encontrar señales de vida alguna pero sin embargo vinieron en afirmar que la vida y los restos de vida, que allí encontraron tenía una edad de unos 50.000 años. Se trataba de bacterias y microbios que habían prosperado en la cueva alimentándose de los minerales que en la cueva se encontraban, como hierro y magnesio, que digieren dentro de las formaciones de cristales. Este descubrimiento es importante porque estas bacterias amplían los rangos de las condiciones bajo las que la ciencia admite existencia de vida y las condiciones en las que puede prosperar. Estos estudios podrían ayudar a que la ciencia estudie el origen de la vida o la vida en sí en otros planetas, las condiciones extremas en las que vivieron y/o se desarrollaron. Estos descubrimientos científicos son desconce