Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Historia de la Iglesia

Celestino V

Nació en Isernia en 1215 y su nombre de cuna era Pietro Angeleri di Murrone, pero en el ocaso de su vida se convertiría en el Papa Celestino V, murió en la torre del castillo de Fumone 19 de mayo de 1296, preso de su sucesor Bonifacio VIII.  En 1232 ingresa en el benedictino monasterio de Santa Maria di Faifoli y su inclinación al ascetismo le lleva al eremitismo en 1239 confinandose en una cueva del monte Morrone, allí permaneció cinco años. Funda la orden de los Celestinos, de vida contemplativa en clausura y lleva una vida propia de las costumbres cátaras, llegando a vestir humilde y áspera túnica con una cadena a la cintura, imitando el aspecto de Juan el Bautista.      Su nombramiento cono Papa fue atípico, la decisión fue tomada en su ausencia y hubo de personarse una comisión en el lugar donde residía Celestino V, al efecto de comunicarle su nombramiento. Su reticencia a ocupar la sede pontificia, le hizo rehuir varias veces este hecho y a

La leyenda de la papisa Juana

        La leyenda de la papisa Juana cuenta la historia de una mujer que ejerció el papado católico ocultando su verdadero sexo. El pontificado de la papisa se suele situar entre 855 y 857, según la lista oficial de papas, correspondió a Benedicto III, en el momento de la usurpación de Anastasio el Bibliotecario, mientras que otras versiones afirman que el propio Benedicto III fue la mujer disfrazada y otras dicen que el periodo fue entre 872 y 882, es decir, el del papa Juan VIII. Según el mito, la mujer disfrazada de varón fue elegida Papa y gobernó entre los años 855 y 857, hasta que comenzó a sufrir las contracciones de un parto en medio de una procesión y dio a luz en público a su hijo, lo que provocó la ira de los fieles. En síntesis, los relatos sobre la papisa sostienen que Juana, nacida en el 822 en Ingelheim am Rhein, cerca de Maguncia, y era hija de un monje que, según algunos cronistas tardíos, su padre, Gerbert, formaba parte de los predicadores llegados d

El evangelio de Cerinto (120-150 d.C.)

Cerinto (aproximadamente 100 d.C.) fue un líder hereje gnóstico, que utilizaba un evangelio alterado para impulsar su teología gnóstica. Su evangelio también era utilizado por el maestro herético, Carpócrates, y aunque el texto está perdido, se dice que era idéntico al Evangelio de los Ebionitas. Los padres de la iglesia primitiva identificaron a Cerinto como hereje porque seguía la ley judía, negando que Dios hubiera hecho el mundo físico, y negando la encarnación de Jesús y que éste fuese Dios encarnado. Irineo incluyó un relato de Cerinto en su obra “Contra las herejías” (sobre 170 d.C.). Cualquier texto que Cerinto pudiera haber usado con sus seguidores, fue aparentemente herético a los ojos de los testigos canónicos. La tradición de la iglesia primitiva dice que Juan el evangelista despreciaba tanto a Cerinto como hereje, que se rehusó a ser visto en la misma casa de baño. Esta misma tradición reporta que Juan escribió el evangelio de Juan para registrar

Inmaculada Concepción

    El dogma de la Inmaculada Concepción , también conocido como Purísima Concepción , sostiene que María, madre de Jesús, la Virgen María, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado. No debe confundirse esta doctrina con la de la maternidad virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón.   Al desarrollar la doctrina de la Inmaculada Concepción, la Iglesia contempla la posición especial de María, madre de Cristo, y sostiene que Dios preservó a María libre de todo pecado,  libre de toda mancha o efecto del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres por ser descendientes de Adán y Eva, en atención a que iba a ser la madre de Jesús, el hijo de Dios y Dios mismo, la encarnación de Dios en la Tierra.

La muerte en Egipto

  La muerte en el Egipto antiguo era considerada como un pasaje hacia una segunda vida y esto le daba un sentido positivo. Tras ella, el espíritu entraba en el mundo cósmico, un más allá eterno e inmutable. El ser humano estaba compuesto por un soporte material, el cuerpo, al que están ligados elementos inmateriales: el bah, que corresponde al alma o a la personalidad, y el ka, o doble de la persona, idéntico a su cuerpo, pero sin forma material. Para simbolizar a un representante de un atributo divino o a un faraón con su ka, ilustraban a dos figuras idénticas tomadas de la mano.          El espíritu tomaba la forma de un pájaro o la del cuerpo del difunto y convivía con él hasta volver a integrarse en el universo una vez que el cuerpo había desapar