El pueblo judío ha sido errante en la historia, salieron de la esclavitud de Egipto gracias a Moisés, consiguieron sobrevivir a la expulsión de España y aún conservan incluso el idioma, congelado en el tiempo; también consiguieron sobrevivir al holocausto hitleriano con ayuda de los demás, mucha ayuda, tanto de Estados Unidos creo artificialmente un Estado para ellos en Israel, pero Palestina de toda la vida ha sido tierra de palestinos, no se entiende pues que ahora los palestinos sean expulsados de su casa y masacrados.
La guerra ciertamente tuvo como punta de lanza el ataque terrorista de Hamas, pero la acción de un grupo terrorista, para unos, de liberación para otros, no es razón para que Israel masacre al pueblo palestino, porque el pueblo palestino en bloque no es Hamas, el pueblo en bloque no es terrorista, son ciudadanos corrientes como cualquiera que lea este artículo. No han hecho nada, no merecen esto.
El prolongado conflicto entre Israel y Palestina, que se ha mantenido durante más de 75 años, atraviesa en la actualidad una nueva fase de intensificación, sin visos de avanzar hacia una solución. A lo largo de estas ocho décadas, Israel ha expandido progresivamente su territorio, forzando el desplazamiento de palestinos de las tierras inicialmente asignadas por las Naciones Unidas en 1947.
Este desplazamiento ha resultado en la búsqueda de refugio por parte de millones de palestinos en países vecinos, confinando a una parte de la población en Gaza, denominada "la mayor cárcel del mundo" y a otra en Cisjordania, donde se han establecido asentamientos ilegales de colonos, provocando desplazamientos adicionales y privando a los palestinos de sus hogares, recursos básicos y derechos fundamentales.
Los palestinos están en su casa, los israelitas, no tanto, puesto que llegaron tras la Segunda Guerra Mundial cuya situación era de perseguidos por el régimen de Hitler y se concentraron en un territorio que ha ido creciendo de forma descarada, encerrando y acosando al resto de la población no israelita.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, expresados en intentos significativos como los Acuerdos de Oslo y Camp David, no se ha logrado un acuerdo duradero. La falta de instrumentos ejecutivos efectivos por parte de las Naciones Unidas para detener las agresiones y garantizar un acuerdo duradero resalta la necesidad de una reforma que otorgue mayores competencias y capacidad para hacer cumplir las resoluciones.
En este contexto, los acontecimientos como la entrada de Hamas en Israel el día 7 de Octubre, han generado una escalada de violencia con pérdidas significativas de vidas civiles.
La respuesta de Israel, en su intento de poner fin a Hamas, ha sido desproporcionada y ha afectado gravemente a la población, causando miles de muertes, destrucción masiva y desplazamientos forzados. El pueblo palestino no es Hamas, no se puede ir contra terroristas y masacrar al pueblo que no lo es.
La tregua acordada del 24 al 27 de Noviembre, fue prorrogada dos días más, destinada al canje de prisioneros y rehenes, así como a la entrada de suministros, tal tregua debería ser permanente para con ello poder evitar más pérdidas de vidas y permitir el regreso de los retenidos a sus hogares.
Una respuesta a una acción terrorista no puede nunca ser el exterminio de toda una población.
Se trata de condenar estas acciones como crímenes de guerra, instando a que los responsables sean enjuiciados por tribunales penales internacionales. Tal y como se hizo en el caso de los judíos masacrados por Hitler con el Juicio de Nuremberg.
La comunidad internacional y las Naciones Unidas tienen la responsabilidad de implementar de manera decidida todos los instrumentos disponibles para propiciar una tregua indefinida y facilitar una Conferencia Internacional de Paz para el establecimiento de dos Estados con reconocimiento mutuo, garantías de seguridad, recursos y territorio para ambos, igualitariamente, aunuqe esto ya da ventaja a los israelitas puesto que los palestinos están en su tierra y ellos vinieron después. Así como la reconstrucción de Gaza y el retorno de la población civil desplazada a sus hogares.