Miguel Ángel Muguiro era embajador de España en el régimen del general Franco en Budapest. En todas sus comunicaciones con el gobierno de Madrid y con las autoridades tanto alemanas como húngaras mostró siempre tremenda oposición a todas las leyes dictadas por los nazis, lo cual provocó constantes tensiones irreconciliables entre las autoridades españolas y las autoridades húngaras.
Miguel Ángel contribuyó a la salvación de muchos judíos perseguidos por el gobierno proalemán de Miklós Horthy. En un ambiente de persecuciones en las calles y campos de tránsito que organizaban los nazis húngaros de la Cruz Flechada, donde concentrar a los judíos antes enviarlos a los campos de exterminio.
Miguel Ángel de Muguiro, ejerciendo como encargado de negocios, escribió a Madrid escandalizado por los registros y las palizas que practicaban los miembros de las SS. Como otros diplomáticos españoles, rescató el viejo decreto promulgado por Primo de Rivera en 1924, en virtud del que todos los que demostraran ser de origen sefardita, inmediatamente obtendrían la nacionalidad española. Pero ocultaban que el decreto había expirado en 1931, pero los nazis al parecer no lo sabían o no lo recordaba o quisieron hacer caso al gobierno español de Francisco Franco que facilitó de este modo la supervivencia de miles de judíos.
Muguiro se acogió a este decreto para solicitar a las autoridades húngaras la protección de los judíos sefarditas, aunque en Hungría no eran muy numerosos, pero continuó sus esfuerzos e informó en Madrid del negro futuro que le esperaba a la comunidad judía.
Intercedió haciendo valer su condición de diplomático a favor de todos los judíos que pudo y se hizo cargo de un grupo de 500 niños cuyo destino era una cámara de gas en Polonia. Consiguió visado para todos y los despachó a Tánger, que funcionaba casi como colonia española.
Estas y otras actuaciones le dieron mala fama entre húngaros y alemanes, que presentaron quejas a las autoridades españolas. Muguiro hubo de ser cesado pero fue puesto en su lugar el secretario de embajada que estaba igualmente implicado en el salvamento de judíos perseguidos. Se llamaba Ángel Sanz-Briz, más tarde reconocido con el título de Justo entre las Naciones, junto con el diplomático sueco Raoul Wallenberg que, también destinado a Budapest, fue el iniciador de esta acción salvadora.
En 1940 se le concede en España la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Muguiro y otros diplomáticos españoles que, como él, ayudaron a los judíos a huir del Holocausto, y el gobierno que con ellos colaboró o ellos con el gobierno, deberían ser rescatados del olvido y hacer justicia q la Historia verdadera y no a los amarillismos y partidarismos políticos.
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