Se trata de un conjunto arquitectónico que en este mismo solar acogió la “Cofradía y Hospital de Mareantes” de Sevilla. La corporación reunía a los hombres de la mar, y se había organizado durante la primera mitad del S. XVII en este barrio de Triana para dar culto y honrar a los patronos de la hermandad y "ayudar las columnas", a los hermanos mareantes, a los hermanos marineros, a los hombres de mar.
La arquitectura quedaba condicionada por su condición de ser un ámbito sagrado donde se participaba de la liturgia eucarística y de los actos culturales a la ve, otras zonas estaban destinadas a reuniones, así como al recogimiento y tratamiento médico de los mareantes enfermos.
La decadencia del edificio empieza con la fundación del colegio seminario, el colegio de mareantes, y el traslado de la corporación a su nueva sede, en el barrio de San Telmo, santo que preside la fachada en la Universidad de Mareantes cuyo patrón fue el patrón de los marineros, Pedro González Telmo, San Telmo.
Durante la primera mitad del sigo XVIII la Universidad de Mareantes pretendió que perdurara uso sagrado su antigua iglesia, que cedió a varias órdenes religiosas.
En 1710 se traspasó la finca a los terceros franciscanos del convento de San Juan de Aznalfarache.
En 1757 la corporación decidió retomarla en propiedad, aunque muy pronto acordaría la venta de todas sus posesiones en Triana.
En el solar que ocupaba la antigua iglesia de este complejo D. Fernando Narbona, hacia 1780, edificó una bellísima casa con puertas y balconaje a la orilla del río y a la calle Larga, es decir abría a la actual Calle Betis y a la actual Calle Pureza, a la altura de la Iglesia de Santa Ana.
Posteriormente, fue casa de vecinos durante muchos años , de casa religiosa y universitaria, pasó a casa señorial y de ahí a corral de vecinos.
En 1988 fue adquirida por el Ayuntamiento de Sevilla que la rehabilita para instalar allí dependencias de la Gerencia Municipal de Urbanismo.
Posteriormente el Ayuntamiento la cede al Área de Participación Ciudadana y allí ubica sus Servicios Centrales y un centro cívico.
A midad del año 1991 se clausuró con la idea de prepararla como sede del Comisariado de la Exposición Universal de 1992.
En diciembre del 92 comenzó su preparación para la reapertura de todo el edificio como Centro Cívico Las Columnas, comenzando sus actividades en marzo de 1993.