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Germana de Foix

 

 http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/4d/Germaine_de_Foix1.jpg

 


Germana de Foix nació en Francia en el año de 1488, fue la segunda esposa de Fernando el Católico, muchos de quienes no son profesionales de la Historia ni siquiera sabrán que existió, aunque por la Historia pasa casi desapercibida, su fama en el siglo no fue tan recatada.

Unos hablan de su vida sombría y llena de sinsabores, soledad, siempre dominada por otros. Casó jóven cuando su esposo ya contaba 54 años y había vivido mucho, un rey al que no conocía y que había reconquistado y unido España con su primera esposa; su matrimonio lo fue estrictamente por motivos políticos. Fue la reina consorte de Aragón (1505–1516) y virreina de Valencia (1523–1538). 

La boda fue el 19 de octubre de 1505, a los 18 años de edad de la nueva reina, que se casó por poderes en Dueñas, Palencia, con Fernando II de Aragón, que había enviudado hacía casi un año. La boda se celebró cumpliendo con los acuerdos de pazdel Tratado de Blois, entre Luis XII de Francia y Fernando el Católico. El rey de Francia cede a su sobrina los derechos a la corona de Nápoles y le concede a Fernando el título de rey de Jerusalén, pero estos derechos retornarían a Francia caso de no haber descendencia. Fernando se comprometió a nombrar heredero al futuro hijo del matrimonio. 

Hermana del rey de Francia Luis XII e hija de Juan de Foix y María de Orleans, gustaba de músicas y fiestas y así los cronistas la hicieron pasar a la historia. Pero tampoco hay que olvidar del subjetivismo de los cronistas en una corte que lo fue de una reina excepcional Isabel I de Castilla. España es lo que es gracias a ella y los cronistas lo sabían, Germana siempre habría sido vista como una intrusa por muchos.
El matrimonio había levantado las iras de los nobles castellanos que lo vieron como una maniobra fernandina para impedir que Juana, casada con Felipe el Hermoso heredase y gobernasen en la Corona de Aragón por la que tanto él había luchado junto a su primera esposa.

A la muerte de sus padres queda bajo la tutela de su tío y se educa en la corte francesa, donde se curte en la música y el baile.
 
Germana se resigna a su destino y se crea su propio mundo de fiestas, músicas y danzas; conocía varios instrumentos. Dependiendo de la nacionalidad de los cronistas así pasa a la historia esta mujer. Según los cronistas franceses “Era Doña Germana Princesa de estremada hermosura y de gallardas prendas” ; sin embargo el cronista de la corte española aseguraba que: "Era la reyna poco hermosa, algo coxa, amiga de mucho holgarse y andar en banquetes, huertas y jardines, y en fiestas. Introduxo esta señora en Castilla comidas soberbias, siendo los castellanos y aun sus reyes muy moderados en esto. Passavansele pocos días que no combidasse o fuesse convidada. La que más gastaba en fiestas y banquetes, con ella era más su amiga". 

Germana era una mujer joven y al parecer agraciada, que prefirió antes que morirse de pena, dominada por hombres, en un pais extraño para ella, crearse su propio mundo; y así se aficionaba en juegos, banquetes y todo lo que le proporcionara alegría, "aficionada al lujo, al arreglo de su persona y a ir galana”, inclinaciones que los cronistas castellanos contemporáneos interpretan con severidad. Un carácter tan distinto al de Isabel I, en un pais realmente hecho por Isabel y Fernando, Germana no sería más que una intrusa y así se siente a través de la Historia.

El 3 de mayo de 1509 en
Valladolid nace el único hijo de la pareja, Juan de Aragón y Foix, lo que habría supuesto la separación de los reinos de Castilla y Aragón, pero sin duda el espíritu de la difunta reina Isabel I estuvo presto y este niño murió a las pocas horas de nacer.

El 23 de enero de 1516 muere Fernando el Católico, tras dos años de enfermedad, pues tomaba unas hierbas indicadas para la fertilidad y con la esperanza de lograr sucesión de Germana, de nuevo el espíritu de Isabel estuvo presto, sin duda, esa mujer velaba por España desde el más allá. 

Fernando dejó en su testamento a Germana más de 50.000 florines de rentas anuales de usufructo vitalicio que sería anulado de casar de nuevo la viuda; y, en la última carta a su nieto Carlos I, Fernando le encomienda que no abandone a Germana, “pues no le queda, después de Dios, otro remedio sino sólo vos...”y le insta a que le sean satisfechas dichas rentas. 

A la muerte de Fernando Germana se traslada a Castilla y a su llegada a España en 1517, Carlos I, de 17 años de edad, conoce a su abuelastra congeniando extremadamente bien. Germana de Foix, era una mujer de 29 años, “discreta” y afectuosa que no padecía todavía los problemas de obesidad que le aquejaron más tarde. Ya en la primera entrevista que mantuvo con ella en Valladolid se mostró muy amable con ella y, en su honor, empieza a organizar torneos y banquetes. Entre ambos surge pronto la pasión y de su relación amorosa nace una hija, Isabel, -¡qué atrevimiento¡-. La niña nunca fue reconocida oficialmente, aunque Germana de Foix en su testamento se refiere a ella como la “infanta Isabel”, que no lo era por haber nacido bastarda y no haber sido reconocida; y a su padre como “el emperador”, que efectivamente lo era, Carlos I de España y V de Alemania, primero de los Habsburgo o Austrias; aunque la niña residió y fue educada en la Corte española.

En 1519 Germana de Foix, acompaña a Carlos I de España y a Leonor, hermana de Carlos, a Zaragoza y Barcelona para celebrar Cortes y ser jurado como rey. Allí se decidió el casamiento de Germana de Foix con Fernando, Marqués de Brandeburgo, que pertenecía al séquito personal de Carlos I, que ponía así fin a los amores con Germana; la nombró virreina y lugarteniente general de Valencia y capitán general del reino al Marqués de Brandeburgo, el que sería su esposo y del que también pronto enviudaría, entonces el emperador le ordena nuevo matrimonio con Fernando de Aragón, Duque de Calabria, nombrándoles virreyes y lugartenientes generales de Valencia, y desde aquí ejercieron un gobierno autoritario y represor, teniendo que afrontar bandolerismo, luchas internas, piratería, endeudamiento de los nobles y rebelión de los moriscos; fuerte persecución contra los agermanados, con confiscación de sus bienes y proceso de refeudalización para lo que contaría con la ayuda de los nobles, que luchaban contra las reivindicaciones antinobiliarias por parte de la llamada Junta de los Trece.

Germana de Foix murió en Liria a los 49 años e hizo testamento conjuntamente con su esposo, dejándose los bienes uno a otro en vida; y, a la muerte de ambos, los bienes deberían pasar a la Orden de los Jerónimos. Para el cumplimiento de la voluntad de su viuda, el Duque de Calabria construyó en Valencia el monasterio de San Miguel de los Reyes, cuyas obras comenzaron en 1548 y se prolongaron durante el XVII y XVIII.

En el término municipal de Liria, una masía denominada «el Espinar» que fue propiedad de los jerónimos, está la reproducción exacta de la lápida original que recoge el fallecimiento y traslado de restos mortales de Germana de Foix: 

«En este histórico monasterio a la sazón de los monjes Jerónimos, falleció 15 de octubre de 1536, siendo Reina Gobernadora de Valencia Germana de Foix, esposa que fue del rey D. Fernando el Católico, Marquesa de Brandemburgo y Duquesa de Calabria. Cien clérigos con antorchas acompañaron sus restos mortales hasta Valencia, donde reposan en el Monasterio de S. Miguel de los Reyes. In memoria scripsit (Crónica del Reino de Valencia) (Viciana)».

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