San
Jorge está sumergido en la leyenda, que en realidad está forjada en Oriente y desde
aquí difundida a Occidente, que se propaga con fuerza por medio del ejemplo que
supone para los cruzados.
La
leyenda une lo que es el martirio del santo con los mitos paganos que hablan de
la victoria sobre el dragón, que simboliza el mal, el personaje sería a la vez cristianizado
por las fuentes medievales.
Al
parecer la versión más antigua de la leyenda de la pasión del mártir Jorge es
la de Pasícrates, pero esta fue tachada de extravagante por la Iglesia, aunque
incluye un dato importante y a considerar y es el indicar que el martirio de
San Jorge se produce el octavo día antes de las kalendas de mayo a la hora
sexta; lo que es igual, el 23 de abril al mediodía.
La Iglesia
prefirió seguir las denominadas Actas Griegas de San Jorge, que se conservan en la
edición de Lipomano y de Surio, según consta por un manuscrito vaticano redactado
en latín.
La
figura de San Jorge, mártir, se hace popular en el siglo XIII con la difusión
de La Leyenda Dorada de Santiago de La Vorágine.
Pero ante los crueles tratamientos a los que los cristianos se ven sometidos, decide repartir su riqueza y termina enfrentándose a las autoridades e incluso al emperador. Todo esto le trae consecuencias y así las distintas fuentes relatan distintos martirios sufridos por Jorge en loor de su fe, razón por la cual es considerado santo. Según diferentes fuentes habría sido atado a una rueda de cuchillos, también arrojado a cal viva, habría sido sumergido en plomo ardiente, habría sido obligado a beber veneno y tras provocar conversiones y resurrecciones, habría sido decapitado.
Se unen ahora realidad y leyenda, pues el dragón no simboliza más que el triunfo sobre la tiranía. Se cuenta que la ciudad libia de Silca estaba aterrada por un dragón que se ocultaba en un lago, despedía un terrible olor que infestaba los alrededores y tenía que ser alimentado antes que el mismo reclamase su comida en la ciudad. Al parecer llegó un momento de escasez de alimentos en el que los mismos habitantes de Silca tienen que sortear el propio sacrificio, hasta que un día le tocó el turno a la misma hija del rey.
La princesa se había dispuesto resignada a su destino cuando apareció San Jorge, a quien le contó la historia y el procedimiento, entonces San Jorge, como santo caballero, se enfrentó y venció al dragón que entregó moribundo como prisionero a la princesa para que lo llevase a la ciudad; y, cuando todos los habitantes de Silca se convirtieron al cristianismo, San Jorge mató al dragón. Esta leyenda desde Siria pasa a Occidente en el siglo XI de la mano de los cruzados.