Muchos conocen la Colegiata de San Pedro de Cervatos, quien la visita queda asombrado por la numerosa colección de canecillos con motivos
eróticos, lo que hace que pasen desapercibidos algunos detalles curiosos como esta representación de una medusa en el muro sur, una criatura marina que rara vez aparece representada en la iconografía cristiana, aunque sí en la romana.
Hay quien dice que la razón de su presencia en la Colegiata es que las medusas se
desplazan allá donde las llevan las corrientes, sin que interpongan esfuerzos
para cambiar, por sí, los rumbos a su voluntad pues ni siquiera tienen mecanismos físicos
que se lo permitan.
Serían símbolo del alma del justo, que no se opone a los
designios de la Providencia, que camina por los sendero que Dios le marca. La Providencia divina es la que dirije el destino de todos los
seres vivos.
Su
representación en el románico es casi anecdótica, más interesados los artistas de los templos en representar los vicios para que la gente, conociéndolos, se alejaran de ellos.
En los bestiarios no
hay referencias a las medusas, posiblemente sea esta la única representación que exista.