Bajo el imponente perfil del Castello Sforzesco, en Milán, un descubrimiento reciente ha revivido el eco de intrigas y secretos que parecen sacados de una novela de aventuras. Allí, en las entrañas de esta fortaleza renacentista, una red de pasadizos subterráneos ha sido revelada gracias a la tecnología moderna. Y aunque no faltan historias sobre túneles y rutas secretas en castillos de Europa, lo que hace especial a este hallazgo es la posibilidad de que detrás de su diseño esté la mano del genio florentino: Leonardo da Vinci.
El Castello Sforzesco: historia de poder y estrategia
Erigido en el siglo XIV por Galeazzo II Visconti y ampliado a mediados del siglo XV por Francesco Sforza, el Castello Sforzesco es mucho más que una fortaleza de piedra. Con sus torres robustas, su planta cuadrada y un imponente foso, este castillo fue símbolo del poder militar y político de la dinastía Sforza. Pero también, y quizás más importante, se convirtió en un epicentro cultural durante el Renacimiento, especialmente bajo el mecenazgo de Ludovico Sforza, "il Moro".
En sus mejores días, el castillo no solo protegía a sus habitantes de asedios y conspiraciones, sino que también era escenario de alianzas, traiciones y exhibiciones de grandeza. No es difícil imaginar que un lugar así requiriera rutas ocultas, no solo para salvaguardar vidas, sino para mover tropas, tesoros o para que sus duques pudieran escabullirse cuando las circunstancias lo exigieran.
Leonardo en la corte de Ludovico Sforza
Cuando Leonardo da Vinci llegó a Milán en 1482, su talento como ingeniero, pintor y arquitecto lo convirtió en uno de los hombres más valiosos de Ludovico. Bajo su mecenazgo, Leonardo diseñó desde frescos y maquinarias hasta innovaciones militares que desafiaban la imaginación de su época. Entre sus obras más conocidas en el castillo se encuentra la Sala delle Asse, una sala decorada con un fresco que representa un dosel de ramas y hojas entrelazadas, una oda visual a la conexión entre naturaleza y poder.
Sin embargo, los talentos de Leonardo iban mucho más allá de lo estético. Fascinado por la mecánica y la ingeniería subterránea, no sería extraño que él mismo ideara sistemas defensivos ocultos en el castillo, como los túneles descubiertos recientemente. En sus códices, abundan los bocetos de canales, fortificaciones y pasajes secretos, lo que refuerza la idea de que estos túneles podrían llevar la impronta de su genio.
El hallazgo subterráneo
Un equipo de investigadores del Instituto Politécnico de Milán, utilizando tecnología de georradar y escáneres láser, ha logrado mapear lo que parece ser un complejo laberinto de túneles bajo el castillo. Los pasadizos conectan diferentes áreas del recinto y, posiblemente, se extienden hacia puntos estratégicos de Milán, como la Basílica de Santa Maria delle Grazie, donde está la célebre Última Cena de Leonardo.
Lo que hace intrigante este descubrimiento es su ubicación: uno de los pasajes se encuentra cerca de la Sala delle Asse, lo que sugiere una posible conexión entre los trabajos de Leonardo en la fortaleza y estos túneles. Además, el diseño de los pasajes, con características que recuerdan los bocetos de Leonardo, refuerza la teoría de que el maestro pudo haber influido en su concepción.
¿Pasajes de guerra o rutas de escape?
La finalidad exacta de estos túneles sigue siendo un misterio. Una hipótesis plausible es que fueran diseñados con fines militares, permitiendo movimientos discretos dentro y fuera del castillo durante asedios. Otra teoría apunta a su uso privado: Ludovico Sforza, conocido por sus intrigas y alianzas secretas, pudo haberlos utilizado para reuniones clandestinas o para desplazarse hacia lugares estratégicos, como la tumba de su esposa Beatrice d'Este.
Lo que sí está claro es que estos pasajes no eran simplemente un capricho arquitectónico. Su diseño estratégico y su conexión con áreas clave del castillo muestran que formaban parte integral de la logística de la fortaleza.
La tecnología que desvela secretos
El uso de georradar y escáneres láser ha sido clave para descubrir estas estructuras sin dañar el castillo. Estas herramientas permiten detectar irregularidades en el subsuelo y crear modelos tridimensionales precisos de los espacios explorados. Así, los investigadores han podido reconstruir el trazado de los túneles y analizar su estructura, confirmando que no son meros almacenes subterráneos, sino auténticos pasajes concebidos para uso práctico y discreto.
Leonardo: genio de lo visible y lo oculto
Aunque no hay pruebas documentales que confirmen que Leonardo diseñó estos túneles, las evidencias circunstanciales son difíciles de ignorar. Su relación con Ludovico Sforza, sus códices llenos de esquemas de ingeniería subterránea y su participación en otros proyectos del castillo alimentan la teoría de su implicación. Además, su capacidad para fusionar funcionalidad y creatividad encaja perfectamente con lo que representan estos pasajes: una solución práctica envuelta en el misterio del diseño renacentista.
Un enigma que sigue vivo
Los túneles del Castello Sforzesco son mucho más que un hallazgo arqueológico. Representan una puerta abierta al pasado, una invitación a desentrañar las intrigas de una época donde el arte, la ciencia y el poder se entrelazaban de maneras insospechadas. Si realmente Leonardo da Vinci estuvo detrás de su diseño, estos pasajes no serían solo corredores de piedra, sino una extensión más del genio que transformó el mundo con su capacidad de ver más allá de lo evidente.
Y así, bajo el peso de siglos de historia, el Castello Sforzesco sigue revelando sus secretos, uno a uno, recordándonos que el pasado nunca está completamente enterrado. Solo espera a que alguien lo redescubra, con paciencia, curiosidad y un toque de ingenio, tal como lo habría hecho el propio Leonardo.