Ir al contenido principal

La muralla de Sevilla. Puertas y postigos

 


El acceso a Sevilla se efectuaba principalmente por los postigos o puertas. Las puertas podían ser reales o públicas, y privadas; tenían su acceso acodado y carecían de decoración a diferencia de las puertas magrebíes.


Entre puertas y postigos la ciudad de Sevilla contaba con diecinueve accesos que son los que siguen:

Puertas de entrada Puerta de la Almenilla, de origen almorávide que fue reformada constantemente; vulgo “de la Barqueta”, frente a la Calle Calatrava, en la plazoleta del Blanquillo, hoy Calle Blanquillo.


Puerta del Arenal, de origen almorávide y reconstruida en los siglo XVI y en el XVIII; estaba en la esquina de las scalle Castelar con García de Vinuesa.


Puerta de Carmona, su origen es almorávide, fue  reformada totalmente en el siglo XVI y derribada en 1868; tenía su ubicación en la esquina de las calles San Esteban con Menéndez Pelayo.


Puerta de la Carne, de origen y construcción almorávide, reformada totalmente en el siglo XVI; estaba  en la calle Menéndez Pelayo, a la altura en la que empieza la calle Santa María la Blanca.



 


Puerta de Córdoba, que origen almorávide yfue  reformada en el siglo XVI; se situaba frente al Convento de los Capuchinos, junto a la prisión de San Hermenegildo, que se conserva, junto a la Iglesia de San Hermenegildo en frente del mencionado convento, es uno de los espacios que mejor conserva la disposición originaria.




Puerta de Jerez, su origen es califal y estaba situada en la calle San Gregorio, en su extremo oeste, en dirección al río. Tenía grabados versos alusivos a la historia de la ciudad. Aún se conservan restos de la muralla en la cilla, que hoy forma parte del complejo que forma el Archivo General de Indias.





 

Puerta de la Macarena, de origen almorávide y reformada en el siglo XVIII;  se conserva restaurada frente a la Basílica de La Macarena, toma su nombre de una hacienda romana, la Hacienda de Macario, lugar en el que se construyó el Hospital de las Cinco Llagas y que actualmente es Parlamento de Andalucía.





Puerta Osario, de origen almorávide, se localizaba entre las calles Valle y Puñonrostro.

 

Puerta Real, de origen almorávide y que fue reconstruida en el siglo XVI, también se le llama Puerta de Goles; se encontraba en la esquina de la calle Goles, que toma su nombre, con la calle Alfonso XII, mirando al río por el NO de la ciudad.







Puerta de San Fernando, fue construida en el siglo XVIII, es por tanto la más moderna; se localizaba a la altura de la Real Fábrica de Tabacos, hoy Universidad.






Puerta de San Juan, su origen es almorávide y estaba situada en la calle Guadalquivir, entre la calle San Vicente y la calle Torneo, también al NO de la ciudad, frente a la Isla de la Cartuja.




Puerta del Sol, de origen almorávide y reformada en el siglo XVI; se situaba al final de la calle Sol, su nombre procede del sol que tenía grabado sobre el dintel quizás señalando el nacimiento del sol por el E de la ciudad.




Puerta de Triana, de origen almorávide fue reconstruida en 1585 y derribada en 1868; estaba en la actual calle Zaragoza, confluencia con la calle Moratín, donde en la actualidad está señalada su antigua ubicación.






Los postigos de acceso fueron el Postigo del Aceite, de origen almorávide, muy reformado; vía de entrada del aceite en Sevilla; se encontraba entre el actual edificio de Correos y la Casa del Cabildo.




Postigo del Alcázar, su origen es almohade, sustituyó la torre-puerta califal; también se lo conoció como Postigo de la Torre del Agua, del callejón de la Judería que hoy lleva su nombre, Callejón del Agua, o de la Huerta del Retiro. Se encuentra situado en la calle Judería.






Postigo del Carbón, de origen almorávide, en el siglo XVI se trasladó del principio de la calle Santander al final de la misma que antes se llamaba Calle del Carbón, había tomado el nombre del postigo.





Postigo de la Feria, también llamado Postigo de la Basura al final de la Calle Feria, esquina con la calle Bécquer.

Postigo del Jabón, estaba situado en las inmediaciones de la calle Tintes.




525970_Angel Sunglasses

525970_Jewelry General w/ Free Shipping

Entradas populares de este blog

Historia breve de la reina cadáver en el trono de Portugal

El trono de Portugal fue ocupado en el siglo XIV por una reina que fue coronada póstumamente. Inés de Castro fue una gallega noble y poderosa que llegó a Portugal como dama de compañía de su prima Constanza que fuese la futura esposa de Pedro I, heredero del trono de Portugal. Pero Pedro e Inés se enamoraron al verse y se hicieron amantes al poco tiempo. En el año de 1344, el padre de Pedro, el rey Alfonso IV, atento a estos amores, mandó a Inés a Badajoz para alejar a los amantes, pero lejos de separarlos la distancia incrementó la fuerza de este amor. En 1345 Constanza muere tras dar a luz y, entonces, Pedro manda llamar a Inés contra la voluntad de su padre. Los enamorados se instalan en Coimbra para vivir juntos y de esta unión, clandestina, nacen cuatro hijos. Para poder casarse solicitan dispensa papal porque el Derecho Canónico prohíbe las uniones entre primos carnales, necesitan pues un breve papal que dispense esta consanguinidad. Su petición es...

Literatura fenicia

    Misterio, leyenda y realidad envuelven la literatura del pueblo fenicio, pero todo lo que queda son una serie de inscripciones, algunas pocas de las cuales tienen carácter netamente literario, constituyendo alguna narración histórica, poemas, etc., monedas, fragmentos de la Historia de Sanjuniatón y del Tratado de Magón, o la traducción al griego del viaje de Hannón el Navegante y el texto del Poenulus de Plauto. Tuvieron bibliotecas y una rica producción literaria heredera del pasado cananeo, de la que son una parte ínfima las obras redactadas por Filón de Biblos o Menandro de Éfeso.

El evangelio de Cerinto (120-150 d.C.)

Cerinto (aproximadamente 100 d.C.) fue un líder hereje gnóstico, que utilizaba un evangelio alterado para impulsar su teología gnóstica. Su evangelio también era utilizado por el maestro herético, Carpócrates, y aunque el texto está perdido, se dice que era idéntico al Evangelio de los Ebionitas. Los padres de la iglesia primitiva identificaron a Cerinto como hereje porque seguía la ley judía, negando que Dios hubiera hecho el mundo físico, y negando la encarnación de Jesús y que éste fuese Dios encarnado. Irineo incluyó un relato de Cerinto en su obra “Contra las herejías” (sobre 170 d.C.). Cualquier texto que Cerinto pudiera haber usado con sus seguidores, fue aparentemente herético a los ojos de los testigos canónicos. La tradición de la iglesia primitiva dice que Juan el evangelista despreciaba tanto a Cerinto como hereje, que se rehusó a ser visto en la misma casa de baño. Esta misma tradición reporta que Juan escribió el evangelio de Juan para registrar...