Ir al contenido principal

El misterio procesional de Santa Marta

   
 
 
http://api.ning.com/files/NMWkt8IhGEIFZDn3rvIIHrEsH0LnJ8gpIy7frb8uAPdq8IONzDC-BaoNDju9S7d*7DUNqe8I-prTU*mirVRK7LNiMWio1qBTasGzpDoj78Y_/15.jpg Con respecto al misterio procesional, la idea de la Hermandad fue conseguir imágenes de gran calidad artística y notable antigüedad que hubiese en los distintos templos de la ciudad. Se solicitaron Dolorosas de Astorga del Convento de Capuchinos y de la Iglesia de San Idelfonso, el grupo escultórico de la Piedad existente en la Real de Señora Santa Ana, una Dolorosa atribuida a Astorga de la propia Parroquia de San Bartolomé; también un Cristo yacente que se encontraba en la iglesia de San Pedro de Carmona, y otro que estaba en un desván de la parroquia de la Magdalena en Sevilla, aunque estas gestiones no fructificarn; incluso se visitó la entonces derruida Capilla de los Servitas, a cuyo Misterio no se rendía culto y se encontraba bastante deteriorado, pero era tal la restauración necesaria que se desistió en el interés por el grupo escultórico.
 
Era por entonces mayordomo D. José Luis Ruiz Muñoz que entre sus gestiones da cuenta al Cabildo de Oficiales de la existencia de una maqueta del Misterio del Traslado al Sepulcro que ha confeccionado el imaginero Sebastián Santos Rojas, éste no podía presentarla personalmente por encontrarse enfermo. Era un conjunto de barro cocido de una excelente composición que no había llegado a realizarse, ignorándose hasta el momento las razones. De esta muestra que quedó en el estudio del artista y que fue despiezado sólo se ha conservado en la Hermandad una pequeña figura con la firma del autor, era boceto de lo que hubiera sido una primera imagen de Nuestra Señora de las Penas de Sebastián Santos.
 
Se convoca concurso nacional para el que se proponen importantes premios que fuesen suficientes para estimular y conseguir artistas de mérito, pero el concurso se declaró desierto.
 
El escultor Luis Ortega Bru, que se había propuesto presentar pero que no tuvo tiempo para ello sí había realizado un boceto, el cual pasa a conocimiento del mayordomo D. José Luis Ruiz Muñoz. Cuando la Junta de Gobierno lo vio inmediatamente acordó encomendar su ejecución al escultor; y Bru desarrolló la mayor parte de su trabajo en este empeño entre 1951 y 1952. 
 
Entre 1950-52, en la Semanas Santa figuró representación con cinco nazarenos vistiendo la túnica negra con cíngulo que portaban Estandarte y varas en la Estación de Penitencia del Martes Santo de la Hermandad de San Esteban, la Cofradía de la feligresía de San Bartolomé.
 
http://www.galeon.com/juliodominguez/2008/DSC02458.jpg Dadas las dimensiones de la obra escultórica que procesionaría como misterio del Traslado al Sepulcro, la Hermandad de Santa Marta entiende la necesidad de gestionar su traslado a otra iglesia y dado la estrechez de las calles del entorno de San Bartolomé. Razón por la cual la autoridad eclesiástica autoriza el cambio de sede a la Parroquia de San Andrés Apóstol el 13 de noviembre de 1952 y a ella es trasladada procesionalmente la imagen de Santa Marta el 25 de noviembre situándose provisionalmente en altar al pie de la nave del Evangelio.
 
Para poder efectuar salida procesional la Hermandad, ente los años 1952 al 53, lleva a cabo ampliación en la puerta de la parroquia que da a la Plaza de San Andrés, aquí se coloca una hornacina con una bella Inmaculada y un nuevo cancel que sería realizado por la Carpintería Casana. Y como se le había cedido una capilla en la nave de la epístola, que fue antiguo atrio de una puerta del templo ya en desuso y toda la parte trasera del templo, la Hermandad adecenta esta capilla y toda la zona construyendo sus dependencias y labrando una bella fachada y puerta en lo que hoy es la Plaza de Fernando de Herrera.

Entradas populares de este blog

MelKart

Primitivamente, MelKart fue una divinidad fenicia de Tiro, a la que estuvo consagrado en principio el templo de Heracles en lo que fue la antigua ciudad de Cádiz. Su culto se realizaba centrado en el fuego sagrado de las ciudades; y se extendió por todas las colonias de Tiro. Originariamente era un dios de la naturaleza, agrícola, del campo, la vegetación, la fecundidad y la primavera. Su ritual comprendía ritos de muerte y resurrección cíclicos de cadencia anual, que coincidían con las estaciones del año. También era deidad marina, tenía carácter sincrético que también fue considerado “rey de la ciudad”, patrono de la ciudad de Tiro y que se transformó también en dios de la colonización y de la protección de la navegación, considerado por los tirios “el guía de sus viajes marítimos y exploraciones”, de modo que le consagraron el templo fundado al mismo tiempo que la ciudad de Cádiz en el otro extremo de la isla mayor, donde hoy conocemos   el islote de Sancti Pet

Literatura fenicia

    Misterio, leyenda y realidad envuelven la literatura del pueblo fenicio, pero todo lo que queda son una serie de inscripciones, algunas pocas de las cuales tienen carácter netamente literario, constituyendo alguna narración histórica, poemas, etc., monedas, fragmentos de la Historia de Sanjuniatón y del Tratado de Magón, o la traducción al griego del viaje de Hannón el Navegante y el texto del Poenulus de Plauto. Tuvieron bibliotecas y una rica producción literaria heredera del pasado cananeo, de la que son una parte ínfima las obras redactadas por Filón de Biblos o Menandro de Éfeso.

Decretos de Chamartín

Los Decretos de Chamartín  fueron firmados por Napoleón Bonaparte en 1808 el 4 de Diciembre tras la rendición de Madrid y suponían la abolición del  Antiguo Régimen en España, con inclusión del feudalismo y de la Inquisición española. Su nombre viene de la localidad en la que fueron sancionados por Napoleón, que hoy es un distrito de Madrid, Chamartín de la Rosa. Los decretos sólo tendrían vigencia en la España "afrancesada" de José I Bonaparte y del ejército francés, no se aplicandose en la España "patriota" , donde las Cortes de Cádiz tenían el poder en nombre de Fernando VII, que estaba cautivo en Francia, y que era el único rey al que reconocían. Los derechos de la Corona española, en virtud de las abdicaciones de Bayona, pasaron a Napoleón Bonaparte, que los cedió a su hermano José I Bonaparte, popularmente conocido como Pepe Botella, aunque al parecer era astemio. El cambio dinástico no fue aceptado por gran parte de los españoles    la re