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La Villa de los Misterios. Pompeya

Colaboración de Antonio Campano:

Capítulo 11, POMPEYA: LA VILLA DE LOS MISTERIOS (1).
Nos han llegado hasta nuestros días escasas muestras de pintura de la Antigua Roma. Algunas de las razones serían éstas: La pintura posee menos posibilidades de conservación que la escultura (la humedad, los cambios de temperatura, el polvo y otros agentes atacan la pigmentación), su soporte fue el muro (conservamos escasos edificios en pie, por ejemplo, en Itálica sólo veréis zócalos de las casas y ningún muro), muchas obras se destruyeron deliberadamente, o sencillamente se cubrió con materiales, y un largo etcétera.
Pero gracias a la erupción volcánica del año 79 en Pompeya, tenemos esta magnífica muestra de pintura perfectamente conservada que quiero compartir.
Las explicaciones las incluiré en las fotografías.
En unos días publicaré más detalles de la Villa de los Misterios, pero más generales, puesto que la sala principal, la más espectacular es ésta que muestro hoy.
 


Los antiguos romanos prefirieron para el interior de sus casas la pintura, ya que permite mayor realismo. Además, la pintura, al contrario que la escultura, admite la representación (o insinuación, si queréis) de la profundidad, de los paisajes y atmósferas deseadas...

En estas escenas se narran misteriosas iniciaciones a los ritos báquicos.
 
 
No pintaron cuadros, que es lo que actualmente predomina en nuestros hogares o museos. Ellos prefirieron la pintura al fresco, es decir, sobre el muro, sobre las paredes, directamente...
 

Una vez finalizado el trabajo, el pintor, el artista, daba una capa de cera a la obra. De esta forma protegía la pintura y avivaba los colores.
 
 
La Sala es espectacular, pero la villa es bastante grande, con varias habitaciones, patios y jardines que trataré de mostrar en otra publicación. Aunque ninguna estancia se conserva como ésta. Por otra parte, no se ubica en la misma Pompeya, sino a las afueras de la ciudad. Se accede dando un paseo de 10 ó 15 minutos murallas afuera.
 
 
Estamos ante una pintura naturalista, de un dibujo y modelado (volumen) magistralmente conseguidos, en la expresión, composición de las escenas representadas y el color, alcanzando cotas que no se lograrán en tan alto grado hasta el Renacimiento Italiano (s XV-XVI) y el siglo XVII en otras partes de Europa (por ejemplo España). Se cree que la villa se dedicó a casa de citas de cierto nivel, no apta para el pueblo bajo.

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