Los dioses adorados por los fenicios varían de una ciudad a
otra, de forma que el panteón de Sidón difiere del de Tiro o el de Chipre; pero
aun así, algunas divinidades están presentes de una u otra forma en la mayoría
de las ciudades significativas.
Las principales divinidades son Astarté, Baal, Dagón, Resef
y Melqart.
Astarté era la principal diosa de Sidón y tiene presencia en
las demás ciudades fenicias. Es la diosa de la fecundidad, pero sus
características difieren dependiendo de las diferentes ciudades. En alguna de sus representaciones se asemeja a las diosas prehistóricas de la fecundidad.
También es adorada Astarté como diosa guerrera, de la caza o
como patrona de los navegantes, como la Virgen del Carmen en la cultura
occidental y religión católica. Astarté también es la reina del cielo a quien
los cananitas habían quemado incienso en la Biblia (Jeremías, 44).
Suele representarse posada sobre un león y sosteniendo una
flor de loto y una serpiente. También se acentúa, en otras representaciones, su
condición de diosa de la fecundidad y aparece con la mano en los senos o amamantando
a dos niños.
Se asimiló en otras culturas y se le dio nombres diferentes
como Afrodita entre los griegos, Venus en Roma o Isis en Egipto. Contaba con
abundantes santuarios en Sidón y Tiro. Está documentado un santuario de Sevilla
dedicado a Astarté, en El Carambolo datado en el siglo VIII a. C.