Fue un casual descubrimiento el del yacimiento de Atapuerca, sucedió durante la construcción de una línea de
ferrea para transporte de hierro y carbón camino de las siderúrgicas vascas
por la zona burgalesa, estos trabajos produjeron una gran trinchera en la zona, aún se la llama "La Trinchera del Ferrocarril".
La
línea ferrea cesó su funcionamiento en el año 1910 y segudamente, ese mismo año, Jesús Carballo, arqueólogo, descubrió el yacimiento y pinturas de la Cueva Mayor, que interesaron grandemente a arqueólogos
de presigio mundial en el momento, como el abate Henri Breuil, investigador y maestro de maestros que estudiara el arte rupestre en Francia, también de Hugo Obermaier,
que fue en 1926 autor de El hombre fósil, ambos acudieron entre
1911 y 1912 a estudiar los restos arqueológicos del lugar.
Tras varias décadas de descanso, en
1964 Francisco Jordá Cerdá inició excavaciones
y años más tarde miembros del Grupo Espeleológico Edelweiss, que
todavía colabora con estos tres arqueólogos de Atapuerca, descubrieron la Galería
del Sílex, con restos rituales funerarios y pinturas de la Edad del Bronce. También en la década de los 60 del XX Juan María
Apellániz inició un proyecto arqueológico consistente en una serie de campañas de excavaciones, once en total, en el
portalón de la Cueva Mayor, donde todavía trabaja un equipo
con Juan Luis Arsuaga al frente.
En 1976 el ingeniero de minas Trinidad Torres, realizaba su tesis doctoral sobre los osos fósiles, en esta ocasión acudió Emiliano Aguirre, antropólogo, determinando lo que parecían ser restos humanos hallados en la Sima de los Huesos.
Contemporáneamente han trabajado Bermúdez, Arsuaga y Carbonell paralelamente en el avance de los yacimientos a nivel científico y de la
divulgación de estos hallazgos para conocimiento de la sociedad.
Excavación en Atapuerca. Foto: MarquesPhotography / Getty Images/iStockphoto
Entre aquellos restos se encontró una mandíbula, algunos dientes y dos fragmentos de cráneo que resultaron ser humanos, los más antigüos encontrados hasta entonces.
Emiliano Aguirre, considerado como el padre de las actuales prospecciones en
Atapuerca, en 1977 planteó un proyecto de investigación arqueológica con objeto de conocer la evolución humana en Europa en el Pleistoceno
inferior y medio, para ello quería formar un equipo de científicos españoles que fuesen capaces de
llevar a cabo esa misión. Cuando se jubiló Aguirre en 1991dejó sul proyecto en las manos de los tres actuales codirectores, eran por aquel entonces
jóvenes investigadores prometedores que acudían cada verano a
los trabajos de campo en la Sierra, con sus medios propios, manteniéndose gran parte
de la jornada con agua en botijo y bocadillo. Desde esa fecha Bermúdez, Arsuaga y Carbonell trabajan en el yacimiento tanto en el plano científico como en el plano de la divulgación de
los hallazgos, estrategia que situó a Atapuerca en la cumbre
en Europa del estudio de la evolución humana, siendo Atapuerca uno de los principales
yacimientos del mundo.