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Al-Mutámid

 


Al-Mutámid era el segundo hijo de Al-Mutádid. 

Al-Mu‘tamid ‘alà Allah Muhammad ibn ‘Abbad se convirtió en heredero tras la ejecución de su hermano mayor, acusado de traición por su propio padre. 

A los doce años, fue enviado a la ciudad de Silves, en el Algarve, para recibir una educación refinada bajo la tutela del poeta Ibn Ammar, quien posteriormente se convertiría en su consejero más cercano.

En 1069, Al-Mutámid accedió al trono de la taifa de Sevilla. 


 

Poco tiempo después, en 1070, anexionó la taifa de Córdoba y puso a uno de sus hijos al frente. Sin embargo, la anexión provocó tensiones con la taifa de Toledo, lo que llevó a una serie de enfrentamientos que culminaron con la muerte del joven príncipe y la pérdida temporal de Córdoba en 1075, aunque Al-Mutámid la recuperó en 1078, conquista toda la taifa de Toledo y los terrenos entre el Guadalquivir y Guadiana ( el Bajo Badajoz), todo lo cual pasa a incorporarse al reino de Sevilla.


 

Su relación con Ibn Ammar fue inicialmente sólida, destacándose la habilidad diplomática de este último para manejar situaciones complejas, como el pacto con Alfonso VI de León en 1078, que permitió evitar un conflicto mediante el pago de tributos. No obstante, su vínculo se deterioró debido a la ambición de Ibn Ammar, que intentó independizar la taifa de Murcia tras su conquista. 

Al-Mutámid, al descubrir la traición, lo capturó y, pese a su amistad de años, lo ejecutó personalmente.

Ibn Ammar perdió el favor de Al-Mutámid debido a su fallida administración de la anexión de la taifa de Murcia. En 1078, acudió a Ramón Berenguer II, Conde de Barcelona, solicitando su ayuda para conquistar esa taifa a cambio de un pago de diez mil dinares. Como garantía, Al-Rashid coge como rehén a uno de los hijos de Al-Mutámid, fue entregado como rehén, aparentemente, sin el consentimiento del padre; y, cuando Al-Mutámid descubrió el acuerdo, tuvo que pagar una cantidad tres veces mayor para recuperar a su hijo. 

Tras la conquista de Murcia, Ibn Ammar fue nombrado gobernador, pero pronto urdió un plan para independizarse de Sevilla. Al ser descubierta su conspiración, huyó a Zaragoza, donde intentó colaborar con los tuyibíes en un ataque a la fortaleza de Segura. Finalmente, fue capturado y entregado a Al-Mutámid, quien, pese a la relación de amistad que los había unido durante años, lo ejecutó personalmente. 



Relación con los Almorávides

La situación política de Al-Ándalus se complicó significativamente tras la toma de Toledo por Alfonso VI en 1085, lo que llevó a Al-Mutámid a solicitar ayuda a los almorávides, un poder emergente en el norte de África. 

Yúsuf ibn Tasufín, líder almorávide, desembarcó en Algeciras en 1086 y con el apoyo de los reinos de taifas, incluido Sevilla, derrotó a las fuerzas cristianas en la batalla de Zalaca. 

Sin embargo, tras esta victoria, los almorávides no se retiraron. Esto de no retirarse de las zonas en las que los sarracenos son conquistados es una táctica más de conquista suya, que en la Reconquista dará mucho que hacer pues un territorio podía ser reconquistado varias veces. El moro tras perder la guerra o una batalla, no se va del lugar, consigue hacerse fuerte de nuevo y vuelve a la carga. Esta táctica la emplean entre musulmanes y entre musulmanes contra cristianos naturales peninsulares.

A su regreso a la Península, comenzaron a conquistar los reinos de taifas, depusieron a Al-Mutámid en 1091 y lo exiliaron a Agmat, cerca de Marrakech, donde falleció en 1095. No en vano decía el propio Al-Mutatámid que "prefería ser camellero en África que porquero en Castilla".


 

La tumba de aAl-Mu‘tamid (a la izquierda) está junto a la de su esposa I‘timad (a la derecha) y el hijo de ambos (centro) en Agmat, Marruecos.

Poeta y Mecenas

Al-Mutámid no solo destacó como rey, sino también como uno de los más renombrados poetas de su tiempo. 

Bajo su patrocinio, Sevilla se convirtió en un centro cultural donde florecieron las letras y las artes. 

Figuras como Ibn Hamdís, Ibn Al-Labbana, e Ibn Zaydún estuvieron en su corte. 

Además, fue protector del famoso intelectual Ibn Hazm y del astrónomo al-Zarkali. 

Este apoyo a la cultura andalusí consolidó su legado como un monarca interesado en las artes, dejando una marca profunda en la poesía de Al-Ándalus.

Leyendas

Al-Mutámid es también recordado por varias leyendas populares. Una de las más célebres relata su encuentro con su futura esposa, Rumaikiyya, mientras paseaba junto a su amigo Ibn Ammar. El monarca quedó prendado de su inteligencia y belleza, casándose con ella y llevándola a la corte. Rumaikiyya acompañó a Al-Mutámid en su exilio, compartiendo con él los difíciles años de destierro en África.

Otra historia famosa es la partida de ajedrez que, según se cuenta, salvó a Sevilla de un conflicto con Alfonso VI. Durante una negociación, Ibn Ammar jugó una partida con el monarca leonés, apostando pequeñas cantidades de grano. Al ganar, consiguió que Alfonso VI desistiera de invadir Sevilla, lo que destaca tanto la habilidad diplomática como su ingenio.

Últimos años y legado

Al-Mutámid falleció en 1095 en Agmat, donde pasó sus últimos días tras haber sido depuesto por los almorávides. Fue enterrado en el mausoleo de Agmat, conocido como "la tumba del forastero", debido a su epitafio que él mismo escribió: "Tumba de forastero, que la llovizna vespertina y la matinal te rieguen, porque has conquistado los restos de Ibn-Abbad". 

Su legado cultural perdura no solo en sus obras poéticas, sino también en el recuerdo de una Sevilla que, bajo su gobierno, vivió uno de sus periodos más brillantes en términos artísticos y literarios.

Bibliografía

  • Rubiera Mata, María Jesús. Algunos problemas cronológicos en la biografía de al-Mu‘tamid de Sevilla: la conquista de Silves y el matrimonio con Rumaykiyya. Actas de las Jornadas de Cultura Árabe e Islámica (1978), 1981.
  • García Gómez, Emilio. Supuesto sepulcro de Mu‘tamid de Sevilla en Agmat. Al-Andalus: revista de las Escuelas de Estudios Árabes de Madrid y Granada, 1953.
  • Solans, Modest. El Zoco sin compradores. Poesía de al-Andalus S. XI-XIII. Muret, Granada, 2018.

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