Ir al contenido principal

Lémures gigantes en Madagascar


Existe en Madagascar una cueva submarina en la que se han encontrado huesos de lémures gigantes, algunos de los cuales llegaban al tamaño de los actuales gorilas que nosotros conocemos.  

Se sabe y, en algún artículo ya hemos tratado, que el aumento de la temperatura en el planeta produjo, sucesivamente, que los cuerpos de los distintos animales, incluido el hombre, disminuyesen de tamaño. Esa es la explicación que la ciencia alcanza a dar a este fenómeno hasta el momento. Pero estamos hablando de épocas pretéritas de edad incontable, contemporánea a los dinosaurios, cuya desaparición también es un misterio. 

No está claro cómo explicar la presencia de estos restos de lémures en estas cavernas submarinas, cómo llegaron los huesos a estos ls subugares que hoy pertenecen a las profundidades marinas. Quizás otrora fueran superficie y no profundidades. Pero los científicos consideran que podrían haber sido arrastrados estos restos allí siendo empujados por las corrientes marinas.

El mundo antiguo antes y contemporáneo a los humanos o humanoides, tenía gran diversidad de criaturas gigantes, tanto en el reino animal, como vegetal, insectos, aves... Lo mismo que se han encontrado estos lémures gigantes se han encontrado en otras ocasiones libélulas gigantes o avestruces gigantes o ciervos gigantes de más de 3 metros. Todos ellos son testimonio de la evolución de la naturaleza, ligada a la evolución de la climatología, de los cambios climáticos que hacen aparecer y desaparecer especies o variedades distintas a las existentes con anterioridad.

Entradas populares de este blog

Historia breve de la reina cadáver en el trono de Portugal

El trono de Portugal fue ocupado en el siglo XIV por una reina que fue coronada póstumamente. Inés de Castro fue una gallega noble y poderosa que llegó a Portugal como dama de compañía de su prima Constanza que fuese la futura esposa de Pedro I, heredero del trono de Portugal. Pero Pedro e Inés se enamoraron al verse y se hicieron amantes al poco tiempo. En el año de 1344, el padre de Pedro, el rey Alfonso IV, atento a estos amores, mandó a Inés a Badajoz para alejar a los amantes, pero lejos de separarlos la distancia incrementó la fuerza de este amor. En 1345 Constanza muere tras dar a luz y, entonces, Pedro manda llamar a Inés contra la voluntad de su padre. Los enamorados se instalan en Coimbra para vivir juntos y de esta unión, clandestina, nacen cuatro hijos. Para poder casarse solicitan dispensa papal porque el Derecho Canónico prohíbe las uniones entre primos carnales, necesitan pues un breve papal que dispense esta consanguinidad. Su petición es

Literatura fenicia

    Misterio, leyenda y realidad envuelven la literatura del pueblo fenicio, pero todo lo que queda son una serie de inscripciones, algunas pocas de las cuales tienen carácter netamente literario, constituyendo alguna narración histórica, poemas, etc., monedas, fragmentos de la Historia de Sanjuniatón y del Tratado de Magón, o la traducción al griego del viaje de Hannón el Navegante y el texto del Poenulus de Plauto. Tuvieron bibliotecas y una rica producción literaria heredera del pasado cananeo, de la que son una parte ínfima las obras redactadas por Filón de Biblos o Menandro de Éfeso.

Decretos de Chamartín

Los Decretos de Chamartín  fueron firmados por Napoleón Bonaparte en 1808 el 4 de Diciembre tras la rendición de Madrid y suponían la abolición del  Antiguo Régimen en España, con inclusión del feudalismo y de la Inquisición española. Su nombre viene de la localidad en la que fueron sancionados por Napoleón, que hoy es un distrito de Madrid, Chamartín de la Rosa. Los decretos sólo tendrían vigencia en la España "afrancesada" de José I Bonaparte y del ejército francés, no se aplicandose en la España "patriota" , donde las Cortes de Cádiz tenían el poder en nombre de Fernando VII, que estaba cautivo en Francia, y que era el único rey al que reconocían. Los derechos de la Corona española, en virtud de las abdicaciones de Bayona, pasaron a Napoleón Bonaparte, que los cedió a su hermano José I Bonaparte, popularmente conocido como Pepe Botella, aunque al parecer era astemio. El cambio dinástico no fue aceptado por gran parte de los españoles    la re