Constituída con dos legiones hermanas y gemelas, la Legión VII Gémina Felix interviene en constantes y sangrientas batallas, victorias que va obteniendo la unidad en los dos años siguientes a su formación y que la hicieron merecedora de un segundo apelativo: Félix, por ‘feliz’, aludiendo al éxito de sus campañas.
Su trayectoria fue brillante y fue trasladada a Hispania, por entonces muy poderosa, estamos en el momento de mayor apogeo del imperio romano, la edad dorada en la historia de Roma, que se caracterizó por la extensión gigantesca de sus territorios, sumado esto a la estabilidad de sus fronteras y también a la estrategia defensiva que desplegaron para evitar las invasiones extranjeras.
Fue el emperador Vespasiano quien decidió el traslado de la Legión VII Gemina Felix a la Península Ibérica, donde montó campamento en el norte de la Península en el año 74; y, alrededor del asentamiento de la legión surgió una población, León, su nombre derivaba de esta legión, que regresó, a la provincia Tarraconensis donde había sido fundada tiempo atrás.
Allí permanecería hasta el año 170 siendo emperador Marco Aurelio. Sucede entonces un suceso terrible que se produce cuando los mauros, que eran habitantes del actual norte de Marruecos y también de parte de Argelia, se sublevan, arrollan a la escasa guarnición romana que había en la ciudad de Abyla, la actual Ceuta; y en Tingis, la actual Tánger, adueñándose de todo el Magreb y cruzando el estrecho para empezar a invadir Hispania.
La Península Ibérica formaba parte del Imperio romano desde el 218 a. C. y, en los comienzos tuvo solo dos provincias, la Citerior y la Ulterior, siendo posteriormente dividida en otras provincias más como la Gallaecia, la Cartaginense, la Lusitania, la Bética, la Baleárica y la Tarraconense.
En el momento de la invasión de Hispania desde África en el 170, los romanos habían aprendido ya a aprovechar las posibilidades económicas que Hispania ofrecía, particularmente la minería, las minas eran propiedad del Estado. En Cartagonova, que era la zona en la que Galba empezó su rebelión contra Nerón, trabajaban en las minas 40.000 hombres extrayendo plata y plomo, con beneficios diarios de 25.000 dracmas. Constituían pues una cuantiosa fuente de financiación que a Roma no interesaba
perder a manos de los africanos, que pronto consiguieron hacerse con el control del sur penínsular.
Todo el territorio de lo que hoy se conoce como Andalucía, durante tres años permaneció dominado por los mauros, hasta que fue enviada la Legión VII desde León a Andalucía para frenar su avance de los africanos al resto de Hispania y expulsarlos.
En este momento, la región meridional tenía gran importancia por
- su gran actividad pesquera
- por las salazones de la costa atlántica andaluza
- por el desarrollo de la esclavitud, que alcanzó elevadas cotas.
Los soldados de la Legión VII Gemina Felix tenían un historial brillante en todo el continente. En años anteriores había combatido
- en las guerras dacias de Trajano,
- en el Danubio
- habían luchado en África contra los Mauri, que amenazaban las provincias romanas del Magreb,
- había colaborado también en la construcción del Muro de Adriano, en Britania
- etc.
Pero su labor fundamental fue haber colaborado con la administración imperial de Hispania, para ello mantuvo destacamentos en las minas de oro de
- El Bierzo,
- Lugo,
- Salamanca
- y el Norte de Portugal
- y se encargó de mantener el orden en las provincias peninsulares.
Lucharon contra los invasores que llegan del norte en el año 170 y consiguen
- impedir que tomasen la ciudad de Itálica, tras tenerla sitiada un tiempo.
- Salvaron a Sevilla, librándola de Singilia Barba y el cruel asedio al que la sometió.
En ‘Curiosidades y leyendas de Barcelona’ (Plaza & Janés, 1990), cuenta José María Mena que:
«De esta primera invasión marroquí, cinco siglos anterior a la llamada invasión árabe, existen testimonios en los historiadores de la época y en lápidas con inscripciones laudatorias. Spartianus cuenta en su ‘Historia Augusta’ cómo un joven magistrado llamado Septimio Severo, que más tarde sería nombrado emperador, había sido nombrado cuestor de la Bética, pero no pudo tomar posesión de su cargo porque Andalucía estaba ocupada por los moros».
En ‘Legio VII Gemina (Pia) Felix. Estudio de una legión romana’ (Universidad Salamanca, 2006),
apunta Juan José Palao Vicente que fue la única unidad romana que estuvo acantonada en Hispania durante el período altoimperial.
A finales del siglo II cambia su nombre por el de Legio VII Gemina Felix Pia, se muestra partidaria de Clodio Albino, que fue uno de los cinco emperadores del año 193; y, después, partidarios de Septimio Severo, que fue el emperador fundador de la dinastía de los Severos.
La Legio VII Gemina Felix Pia, durante todo ese espacio de tiempo, mantuvo su presencia principalmente en León, donde dejó un impresionante legado arquitectónico y donde aún se pueden ver en la ciudad restos de
- su muralla campamental,
- de su foso,
- de la puerta Principalis Sinistra,
- del Pretorio
- y del Principia,
- de algunos barracones
- y termas a los pies de la Catedral.