La histórica cárcel de la Fábrica de Tabacos, que tenía jurisdicción propia, de ahí las cadenas, parece que era bastante más cómoda que otras.
La cárcel era el pequeño edificio exento que acoge al Departamento de Historia Moderna de la Facultad de Geografía e Historia, está fuera de lo que es el edificio de la fábrica, a un extremo, en el ángulo de la izquierda si nos ponemos en la puerta del hoy Rectorado de la Universidad de Sevilla, al otro extremo estaba y está la capilla, antes de la fábrica y ahora de la Universidad.
El edificio que nos ocupa fue diseñado por Sebastián van der Borch, que
también realizó los diseños de la Real Casa de la Moneda y del último
cuerpo de la Torre del Oro.
El carácter Real de la Fábrica de
Tabacos, el carácter regio, como institución dependiente de la Corona, proporcionaba la jurisprudencia propia para juzgar y disciplinar a quienes estuviesen bajo su jurisdicción, el encarcelamiento era el
modo del establecimiento del orden y de la penalización de determinadas
faltas.
La principal falta o delito, al parecer, era el robo de tabaco, que era escondido entre las ropas de los trabajadores que salían de estas instalaciones. Para
evitar este hurto se procedía a un registro rutinario.
La cárcel se estructura en dos plantas, detrás de un vestíbulo o patio común con
dependencias para el cuerpo de guardia y contaba con celdas de dos tipos destinadas a los distintos niveles de la jerarquía social de los detenidos, estas celdas son hoy los distintos despachos del Departamento.
Las
clases más humildes tenían reservadas celdas más pequeñas y oscuras, que estaban en la planta
inferior, mientras que las de las clases sociales de más alto nivel eran más espaciosas,
iluminadas y ventiladas, ubicándose en la parte superior.
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