En 1565 el Cabildo Catedral, es decir, los canónigos de la Catedrald e Sevilla, con su arzobispo al frente, en sede vacante el vicario capitular, acuerdan colocar alrededor del perímetro de la Catedral columnas y cadenas con lo que pretendían evitar el ingreso de caballerías y mercaderes en el
tempo o al inmediato pie del mismo. Esto es una protección sobre las ya existentes gradas de la Catedral, pero el uso de cadenas no es sino la expresión de los límites jurisdiccionales eclesiásticos frente a los civiles. Expresión también de los límites para la inmunidad eclesiástica. En el recinto eclesial podían refugiarse delincuentes perseguidos por el brazo secular y la justicia civil no podía hacer nada contra ellos porque estaban pisando suelo eclesiástico.
Alrededor del templo mayor de Sevilla hay 157 columnas y una escalinata que llamamos gradas, que vienen a corregir también el terreno, que se eleva hacia el este y desciende hacia el oeste.
Algunas de estas columnas fueron traídas de Itálica, otras son de Gilena. Cien de ellas son pareadas, las restantes individuales o «solitarias».
Las columnas están hechas en granito, en mármol y otras en piedra algo caliza, dependiendo de las épocas en las que fueron incluidas en el complejo edilicio.
Las cadenas tampoco son homogéneas pues unas poseen eslabones redondeados frente a las que ienen eslabones cuadrados.
La fotografía está tomada pasada la llamada "Esquina Matacanónigos", llamada así porque al doblarla rompe el viento contra el paseante y por ser camino habitual de los canónigos raro era el que no se constipaba, cogía una pulmonía o algo peor que no podía superar, sabiendo que los canónigos suelen ser sacerdotes de elevada edad, les era difícil superar aquellas afecciones que les producían el frío que cogían a diario camino del Arzobispado o de la Puerta de Palos o de la Puerta de Campanillas del templo mayor hispalense.