La III Internacional Comunista fue creada por Lenin en el año 1919, un instrumento ideológico usado por los líderes bolcheviques, así como una inagotable fuente de información reservada para sus servicios secretos.
Los partidos comunistas en Europa son discípulos del que ellos llaman "padre", Stalin, estas entidades suministraban al Kremlin de espías profesionales. España también tuvo espias españoles al servicio del comunismo ruso.
Todavía contemporáneamente la historia de algunas decenas de espías españoles sirviendo al poder soviético se mantiene en absoluto secreto, es desconocida, aunque la caída del comunismo ruso permitió recoger algunos datos.
La Guerra Civil española sirvió para que los rusos que participaron en la contienda con cientos de "consejeros militares" suyos que reclutarían a agentes secretos en las filas republicanas.
Rusia disponía de agentes espías españoles mucho antes de la Guerra Civil, fue el caso de la catalana que se conoció como Ivona África, cuyo nombre real quizás no sepamos nunca.
Loa años 80 del siglo XX fuero un periodo aperturista, la era Gorbachov, su historia fue publicada en el periódico moscovita Pravda a fines de la década de los 80, unos años después del fallecimiento de la espía que tenía el grado de coronel de la KGB, el Comité para la Seguridad del Estado.
Según informaba ese periódico esta mujer habría sido hija de una "familia bien" catalana, siendo su padre general del Ejército español. Estas indicaciones reducirían bastante el cerco para intentar saber la identidad de la espía rusa natural de cataluña, traidora a España, que empezó a trabajar para la URSS a comienzos de los años 30 voluntariamente. Sus contactos familiares y su marido, que pertenecía a la alta burguesía, habría tenido acceso a informaciones de cierto valor para los intereses y planes estratégicos de Moscú.
Tras la derrota de la república Ivona África aparece en la URSS y toma parte activa en la gran contienda que fuera la Segunda Guerra Mundial. Ahora es teniente y radio en un grupo especial con destino en la retaguardia alemana y cuenta con la plena confianza de los rusos.
Este grupo estaba bajo el mando del coronel Medviedev y fue formado personalmente por Lavrenty Beria, el jefe de los servicios secretos, mano derecha del "padre". El destino encomendado fueron los bosques de la ciudad de Rovno, que había sido convertida por los nazis en la capital de los territorios ocupados ucranianos.
Al parecer las hazanas de aquella "española intrépida que luchaba contra el enemigo mejor que cualquier hombre" se hicieron famosas. Al parecer para el sector prosoviético "era un ejemplo del comportamiento internacionalista".
La espía ya jubilada, vivía en un barrio residencial de Moscú, no contactaba con la prensa, ni tampoco con sus compatriotas españoles que residían en Moscú.
Según las memorias del general Pável Sudoplátov, que recientemente han sido publicadas por el semanario ruso MK-España, Madrid, la misión de asesinar a Trotski se confió a la superagente
catalana María de las Heras, aquí si se identifica con nombre español a la espía, pues se identifica a María de las Heras con el alias “Ivona Africa” y como “camarada Patria”. A
finales de los años 30 habría logrado introducirse en el secretariado de la
dirección trotskista. Habría trabajado junto a Trotski en Noruega y después se
habría desplazado con él a México, desde allí habría enviado a Moscú una valiosa información sobre
las actividades de Trotski, el principal enemigo de Stalin, incluso habría conseguido mandar un
plano de la casa en México de Trotski, plano que posteriormente fue utilizado en
un atentado del grupo Cisneros, frustrado. Sello ruso con el busto de María de las Heras
María de las Heras, a la que también denominan África de las Heras Gavilán, usa como nombre en clave Patria, adoptando otros nombres como María Luisa de las Heras de Darbat, María de la Sierra, Patricia, Ivonne, María de las Heras, Znoi o María Pavlovna. Estaba preparaba para matar a Trotski cuando inesperadamente su misión fue suspendida desde la dirección del NKVD.
El ex-número uno en España de la inteligencia rusa, “Orlov”, que conocía muy bien a la agente, desertó de los bolcheviques refugiandose en Estados Unidos.
No se arriesgó la vida de María por las
posibles revelaciones de “Orlov” y regresa a Moscú, allí sigue
trabajando en los servicios secretos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Ivona África fue destinada a misiones secretas en Hispanoamérica, vive allí en varios países y nunca fueron descubiertas sus actividades de agente secreto de la URSS.
A fines de los años 60 del siglo XX regresa a Moscú, sigue trabajando en la sede central de la KGB. En la década de los en los años 70 según algunos documentos, dirigía el espionaje soviético hacia España.
Muy comunista sería, pero disponía de una importante colección de pintura rusa que al final de su vida, donó, años antes de fallecer, al museo municipal de Rovno. Muere octogenaria en 1988 en Moscú, con grado de coronel de la KGB, habiendo realizado cientos de “misiones especiales”, en España, Rusia, América Latina, durante la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y Guerra Fría, la posguerra.
Fue enterrada en el cementerio "Kuntsevskoe" de Moscú, sitio privilegiado, el mismo lugar en donde está enterrado el espía soviético de origen inglés, Kim Philby.Después de fracasar la misión de María de las Heras, Pável Sudoplátov, fue nombrado jefe de la operación por Beria, que optó por otros españoles, que abundaban en las listas de los agentes del NKVD.
En esas listas estaban incluso dos ex-ministros del Gobierno republicano. Beria aconsejó a Pável Sudoplátov que utilizara a gente poco conocida.
La elección recayó en el grupo “Madre”, que estuvo compuesto por Caridad Mercader y su hijo Ramón. A pesar de su procedencia burguesa, Caridad para los rusos era “de fiar”. Ella en los primeros años de los 30 del siglo XX había abandonado a su marido yendose a “luchar” a las filas anarquistas.
Eustacia María Caridad del Río Hernández nace en Santiago de Cuba, el día 29 de marzo de 1892 y muere en París, 1975. Es más conocida como Caridad del Río, Caridad o Caritat Mercader, por el apellido de su marido. Fue una militante comunista de origen cubano, una agente del NKVD soviético, especialmente conocida por ser madre de Ramón Mercader, asesino de León Trotski, operación en la que había participado personalmente.
Caridad y sus hermanos, fotografía de los últimos años del siglo XIX
El hijo mayor Caridad cae en la Guerra Civil; y su hijo menor vivía en la Unión Soviética.
Caridad era amante de un oficial importante del NKVD,
llamado Leonid Eitingón, él fue el encargado de enseñar a Caridad y a su hijo a funcionar como agentes secretos para la URSS.
El grupo vivía en París. Ramón aprovechaba su apostura para conseguir sus fines, no necesitó muchos esfuerzos para terminar seduciendo a Silvia Agueloff, la
joven que le ayudó a entrar en los círculos
trotskistas parisinos y con la que viajaría posteriormente a México,
acompañado de su madre y del amante de esta.
Ramón tenía un pasaporte canadiense falso acon nombre de Frank Jacson, se lo habían proporcionado los rusos y, cuando usaba dicho pasaporte, se presentaba como empresario simpatizante de Trotski.
Paralelamente, el NKVD abre una empresa fantasma en
Nueva York con el objeto de financiar la operación. El joven “empresario” Frank Jacson,
que habíamos conocido como Ramón siendo hijo de Caridad, fue presentado por su novia, siendo bien recibido en la casa de Trotski, a quien
visitaba frecuentemente mientras preparaba el atentado.
Estado actual de la casa de Trotski, Coyoacán, hoy Museo Casa de León Trotsky
En reunión entre Eitingón, Caridad y Ramón, se decide el arma que va a utilizarse para el
asesinato de Trotski.
El arma elegida fue un pico de alpinista; y, el motivo del asesinato habría
de ser “personal”. Y, en caso de detención, Ramón debía decir que
Trotski intentaba poner peros a su relación con Silvia y que malgastaba el
dinero que el “empresario” generosamente donaba a su organización. Parecía un plan casi
perfecto. Tras el asesinato, Ramón debía salir de la casa de
Trotski y huir en el coche donde le esperaban su madre y Eitingón.
Trotski y su esposa en México en 1937
El 20 de agosto de 1940, justo antes de recibir el
golpe a manos de Ramón, Trotski mueve la cabeza y no muere enseguida, pudo llamar a sus guardaespaldas. Ramón tenía experiencia en el manejo de
armas blancas, pero en esta ocasión su precisión no fue lo suficientemente
buena. Fue arresto y condenado a 20 años de cárcel.
Stalin ordenó no
escatimar dinero en su defensa. Logra
ocultar su personalidad durante 6 años. Su nombre fue gracias
a las revelaciones de un comunista español que renegó de aquella ideología, un amigo de su madre;
y gracias a la Policía española. Pero nunca confesó a las autoridades
en México que actuaba bajo directrices y mando soviético.
Caridad con su amante, se refugia en Cuba, Estados Unidos y
también en China antes de regresar a Moscú, en mayo de 1941. Recibe la “Orden de Lenin” por su participación
en la operación, la máxima condecoración en la
antigua URSS.
Insignia de la Orden de Lenin, otorgada a Caridad Mercader en 1941
Ramón salió de la cárcel de Máxico el
20 de agosto de 1960 y llega a Moscú con su mujer, llamada Raquelia Mendoza, la
conoció estando en prisión. Ramón recibe la Estrella de Oro de
Héroe de la Unión Soviética y también la Orden de Lenin de manos de Shelepin, el jefe
del KGB, lo que fuera el antiguo NKVD. Le dieron un piso en Moscú y
en el poblado de Krátovo una residencia de campo, a unos 30 km
de la capital, así como una buena jubilación equivalente a la lación de un general
del KGB. También le proporcionaron trabajo en Moscú, en el Centro de estudios
marxistas-leninistas. Su mujer trabajó como locutora
en Radio Moscú, en su sección española. Ambos adoptan en Moscú a dos niños
españoles que quedaron huérfanos.
Antes
de morir en 1978, Mercader trabaja varios años en Cuba siendo consejero
personal de Castro. A su muerte fue enterrado en Moscú como Héroe de la Unión Soviética, bajo el nombre falso de Ramón
Ivánovich López, así reza
en su tumba. Es el mismo cementerio “Kúntsevskoye” en el que reposan los
espías Kim Philby y María de las Heras.
Hoy día también existen espías rusos entre nosotros, viven entre nosotros, podemos incluso conocerlos y hablar con ellos, si acaso preguntas si es ruso lo que hablan, terminarán diciéndote que es algún idioma de algún país de los que fueron satélites de Rusia, que ruso no, te dirán que la diferencia con su idioma y el ruso es como entre el portugués y el español, cuando vayas conociendo cosas de ellos darán media vuelta y girarán conversación y todo lo que haya que girar hacia otro lado.