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Pedro González de Mendoza

Pedro González de Mendoza CARDINAL.png Nace en Guadalajara el día 3 de mayo de 1428 y muere el 11 de enero de 1495. Fue el típico hombre culto renacentista, además de eclesiástico fue político, militar y también mecenas castellano, siendo  conocido como el Gran Cardenal de España.

Perteneció a la alta nobleza y nace en el linaje de la Casa de Mendoza, el quinto hijo de D. Íñigo López de Mendoza, el primer marqués de Santillana, y de Dña. Catalina de Figueroa, su esposa. Fue destinado por sus padres a la carrera eclesiástica desde tierna infancia; y es una de las figuras más importantes y brillantes de la aristocracia de fines del siglo XV, tránsito del mundo medieval al moderno.

Su lineje le granjeó su encumbramiento en la Iglesia, a lo que acompañó su formación universitaria, siendo genealogista y buen conocedor de historia y de la nobiliaria; que destacó como administrador de los asuntos de Estado y también por preocuparse de la educación del clero.

Fue un hijo de su tiempo, tuvo varios cargos, residiendo en la corte y legitimando a sus hijos naturales. Pero en el aspecto político Mendozas alcanzó gran influencia con Enrique IV de Castilla; y, más tarde, con los Reyes Católicos, en tiempo de los cuales tenía como sobrenombre "el tercer rey de España".

Ascendió políticamente entre guerras civiles y cambios, siendo gran estratega políticos y gracias a sus buenos méritos como consejero de Castilla, como agente diplomático y como obispo-guerrero. Su gran capacidad de adaptación le aseguraba permanecer junto al triunfador y así poder practicar el nepotismo.

Ha pasado a la Historia como  un mecenas excepcional, siendo uno de los responsables de tres de los cambios fundamentales en la mentalidad moderna como fueron:

.- el avance del Renacimiento en España,
.-el descubrimiento de América y
.-la expulsión de los judíos.

File:El Cardenal Mendoza, por Juan Rodríguez de Segovia.jpgEn Guadalajara pasa su niñez destinado a la carrera eclesiástica y por la influencia de su familia, la Csa de Mendoza, fue nombrado cura de Santa María de Hita con doce años de edad; y, algo más tarde, sólo dos años más, es nombrado arcediano de Guadalajara, con catorce años.

En 1442 su padre pensó en la oportunidad de que se educara junto a su tío, entonces arzobispo Gutierre Álvarez de Toledo y lo mandó a Toledo, donde estudió hasta la muerte de su protector en 1445, Retórica, Historia y Latín.

Entre 1446 y 1452 estudia en la Universidad de Salamanca Cánones y Leyes yse doctora en ambas ramas del Derecho: civil y eclesiástico.

Llega a la corte de Juan II en 1452, donde será nombrado capellán de la Capilla Real.

En junio de 1453, un año después, moría decapitado Álvaro de Luna, en Valladolid, que hasta entonces había sido favorito del rey y a la vez enemigo recalcitrante del marqués de Santillana.

En1454 muere el rey Juan II, con 27 años de edad, ea ahora designado obispo de Calahorra y la Calzada.

El nuevo rey Enrique IV de Castilla, en mayo de 1455,  organiza campaña contra el reino de Granada, en la contienda participan el marqués de Santillana y la mayoría de sus hijos, hermanos de don Pedro. Pero antes de partir, el marqués hace testamento  y lega el señorío de las villas alcarreñas de Pioz y El Pozo de Guadalajara, a su quinto hijo, el clérigo; y en la primera Mendoza levantaría, poco después, un castillo que se conserva aún.

El joven obispo de Calahorra, en 1456  deja de residir en su sede para pasar a la corte de Enrique IV, aquí empieza una nueva etapa en su intensa actividad política.

Pedro González de Mendoza, a la muerte de su padre, marzo de 1458, pasa a ser la cabeza de la poderosa Casa Mendoza, que posteriormente originaría varias líneas de la alta aristocracia de Castilla, tales como la Casa del Infantado o la Casa del Marquesado de Mondéjar.

Usa con habilidad sus grandes influencias en la Corte castellana, tanto para su encumbramiento personal como para la promoción de sus hermanos.

Si en un primer momento su relación fue de enfrentamientos con el rey, poco después pasa a convertirse en uno de sus consejeros más próximos, tomando parte activa, siempre a favor de Enrique IV, en un momento de luchas contra la nobleza levantisca.

Permanentemente enfrentado Alfonso Carrillo de Acuña, arzobispo de Toledo,  y al sobrino de éste,  Juan Pacheco, marqués de Villena, que fueron sus grandes rivales en la Corte. Los Mendoza ascendían apoyando al rey y combatiendo las tendencias más levantiscas o contestatarias de la nobleza. En recompensa el rey, en 1456, le proporciona la mitra episcopal de la villa de Sigüenza, aque estaba en las tierras de su familia.

En marzo de 1460 Pacheco, el entonces favorito del rey, con una celada envió tropas contra Guadalajara, que era la villa donde los Mendoza mantenían su poderoso dominio y logra apoderarse de la misma. Nombra nuevos cargos que fueran favorables a su partido y declara al margen de la ley al segundo marqués de Santillana, Diego Hurtado de Mendoza, y también a sus hermanos, que huyen  a Sigüenza, allí Pedro González de Mendoza  era ya obispo.

Para congraciarse con la población, Pacheco consigue que Enrique IV de Castilla otorgara a el título de «ciudad» a Guadalajara.

El obispo hace las paces con el rey y consigue enemistarlo con Villena, con esta maniobra facilita la llegada de Beltrán de la Cueva, que sería un nuevo favorito,  yerno de Diego Hurtado de Mendoza, segundo marqués de Santillana y hermano mayor de Pedro González de Mendoza.

A partir de 1462 los Mendoza apoyan permanente los derechos de la hija del rey Juana, llamada "La Beltraneja", porque las intrigas palaciegas querían hacerla hija de Beltrán en lugar del rey Enrique, la niña había nacido el 28 de febrero de aquel año, ante la apuesta de Carrillo y Pacheco por los hermanastros del rey, Alfonso e Isabel, futura Isabel I "La Católica".

El rey dependía cada vez más del apoyo de la Casa de Mendoza ante muy poderosos adversarios.

No tardaría en estallar la guerra civil, cuando en 1465, en la llamada "Farsa de Ávila", Carrillo quita la corona a un muñeco representante del débil rey Enrique IV y su partido se alza en armas para apoyar los derechos del hermano pequeñode Enrique, Alfonso de Castilla, hermanastro del rey y hermano de la futura Isabel I de Castilla.

Pedro González de Mendoza dispone y ordena que custodiara a la princesa Juana, su hermano Íñigo López de Mendoza y Figueroa, en la fortaleza de Buitrago; tropas de su hermano Diego Hurtado de Mendoza deberían blindar los territorios de la familia en la frontera de Aragón, para evitar la entrada del príncipe Fernando de Aragón en Castilla, que ya había casado con la princesa Isabel.

En la Segunda batalla de Olmedo, 1467, el Cardenal lucha personalmente con otros miembros de la familia Mendoza por los derechos de Juana y por tanto, en la defensa de la causa de Enrique IV de Castilla; apoyo que no fue gratuito sino el paso para la obtención de nuevos cargos eclesiásticos, de los que obtendría importantes beneficios económicos. Pedro González de Mendoza obtiene en 1469 en Carrión de los Condes, el cargo de abad de San Zoilo, por bula de Paulo II, y también sería nombrado arzobispo de Sevilla, a petición de Enrique IV que intercede ante el Papa.

La muerte del príncipe Alfonso en verano de 1468 no supuso el final de la rebelión; y, mientras Carrillo apostó por la joven princesa Isabel, hermana del príncipe fallecido, casada ya con Fernando príncipe de Aragón y futura reina de Castilla; los Mendoza se mantuvieron firmes en la defensa de la causa de la princesa Juana, entendiéndose traicionados cuando el rey Enrique cede, en el Tratado de los toros de Guisando, los derechos al trono de su hija Juana.

Un año antes de la muerte del rey y, aunque había sido el principal valedor de la causa de Juana, a partir de 1473, pasaran Pedro González de Mendoza y sus hermanos a apoyar la causa de la princesa Isabel.

En esta decisión pesó la rivalidad eclesiástica y política con Carrillo, así como tampoco fue ajena la visita del futuro papa Alejandro VI aquel año a Castilla y a Sigüenza, donde el entonces cardenal Borja, prometió compensar las grandes mercedes del partido aragonés hacia Roma, que contaba con el apoyo del rey Juan II de Aragón, padre de Fernando El Católico.

Las promesas se tradujeron rápidamente en el nombramiento de Mendoza por el papa Sixto IV como cardenal bajo la advocación de Santa María in Dominica, quedespués él cambiaría por la de Santa Cruz; el rey lo nombró "Cardenal de España" a finales de aquel mismo año.

Pedro González de Mendoza y familia permanecerían al lado de la futura reina, convencidos de que era la persona mejor situada y más capacitada para tomar las riendas del poder en Castilla. Acude a la coronación de Isabel en Segovia en diciembre de 1474, los celos de Carrillo lo hacen pasarse al bando de doña Juana e iniciar nueva guerra, aunque Mendoza sería el apoyo decisivo para Isabel en Guerra de Sucesión Castellana contra los partidarios de Juana que había casado, casi niña, con su tío el rey de Portugal.

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