Uno de los barrios más antiguos de Sevilla
es el del barrio de la Hiniesta, el barrio conocido como San Julián. En 1248
podemos encontrarlo con el nombre de Barrio de los Hortelanos, recordemos que
todo lo que había alrededor de las murallas, extramuros, y alrededor del
Hospital de las CincoLlagas, hoy Parlamento, eran huertas.
Ya en el XVI su nombre había cambiado el
nombre a Rascaviejas; y, a partir de 1875, se le llamó Hiniesta. Si continuamos
por el barrio de San Julián podremos encontrar
el Corral de vecinos nº 10, conocido como
Casa de la Parra; y, una vez que hemos llegado a este punto, nos encontramos con el
templo que da su nombre al barrio, el templo de San Julián.
La Virgen de la Hiniesta
procesionando por la muralla intramuros
La IGLESIA DE SAN JULIÁN muestra los signos
inequívocos del estilo gótico mudéjar hispalense de la primera mitad del siglo
XIV; y su historia es una aventura en sí misma. El edificio sufrió las
consecuencias del fuego y el saqueo a manos del Frente Popular en 1932.
Así quedó la imágen de la Virgen de la Hiniesta tras el incendio a manos de las izquierdas que conformaron el llamado Frente Popular.
La Virgen de la Hiniesta hoy
Además
fue el lugar en el que se celebraron numerosos concilios con San Isidoro y San
Leandro a la cabeza, cada uno de los cuales tiene su calle y plaza
respectivamente a unos 700 m al N de la parroquia.
Bajo su solería, existe una gran cripta
que arranca del presbiterio y se extiende más allá de los pies de la iglesia,
delante de las iglesias, como se sabe, se solían practicar enterramientos.
A pocos metros la IGLESIA DE SAN
HERMENEGILDO, la iglesia erigida junto al lugar de martirio del rey santo. Su
construcción nos remite al siglo XVII, pero en su interior aún permanece una
pequeña capilla en la que, según la leyenda, San Hermenegildo, que da nombre, al
templo permaneció cautivo y fue ejecutado por convertirse al Cristianismo.
Iglesia de San Hermenegildo
Cárcel adosada a las murallas de la ciudad en la Puerta de Córdoba, junto a la Iglesia de San Hermenegildo.
Lápida en recuerdo del asesinato de SanHermenegildo.
A muy temprana edad Hermenegildo y su hermano menor Recaredo fueron asociados al trono paterno al igual que antes su tío Liuva I había asociado al trono a su hermano Leovigildo, padre de ambos. Formado bajo la influencia de San Leandro de Sevilla, que era hermano de su madre, a los quince años de edad contrajo matrimonio con la princesa católica franca Ingunda, que era hija de Sigeberto I y de Brunegilda, En un intento de estrechar las relaciones iniciadas por el primer matrimonio de su padre fue enviado como gobernador a la provincia de Bética tras su matrimonio, con lo cual, la influencia de su esposa y de su tío Leandro, lo llevaron rápidamente a la conversión. Pero esto le ocasionaría más que problemas.
La conversión en la sucesión real podía ocasionar problemas políticos, dudas y las sospechosas relaciones diplomáticas de Hermenegildo con el gobernador bizantino de la vecina provincia de Spania sedecantaron provocando una creciente tensión en las relaciones con su padre. Las dificultades existentes entre los católicos y los arrianos, fe imperante entre el elemento invasor godo, se vio endurecida por la intransigencia de la esposa de Leovigildo, Goswinta.
El conflicto armado empieza el año 581 y se prolongó hasta el 584, la participación de Leovigildo tuvo poca fuerza al principio, pues se encontraba ocupado en el norte. Por su parte, Hermenegildo, contaba con el apoyo de los bizantinos que operaban desde Cartagena y se vio inferioridad táctica frente a los bizantinos, que pactaron una alianza con Leovigildo por la cifra de 30.000 solidi de oro.
Leovigildo quiso poner fin a las rebeliones y conquistó la resistencia de Mérida, Badajoz y Cáceres y cortó el paso a los suevos del Rey Miro, que querían ayudar al sustrato católicos pero que entabló amistad con Leovigildo y regresó a su casa, muriendo días más tarde. Entonces Hermengildo va a refugiarse en una serie de fortalezas y castillos que son conquistados, uno tras otro, por las tropas arrianas de su padre.
Finalmente llega a Sevilla, donde se instala en su residencia con su mujer, pero al aproximarse las tropas de su padre y teniendo la fortaleza de Osset cercana decide dirigirse allí para apostarse. En el 583 fue sitiado en el Castillo de Osset, que se encontraba donde las actuales murallas de San Juan de Aznalfarache, a las puertas de Sevilla; y, tras un asedio que duró más de un año, la fortaleza fue derrotada y Hermenegildo se dirige a Córdoba, donde pide refugio en una iglesia en el 584.
Puerta en la Muralla de Sevilla en la zona de la Puerta de Córdoba, esta puerta daría acceso a lo que fue la cárcel de San Hermenegildo.
Acceso desde la iglesia al lugar de confinamiento de san Hermenegildo.
Capillita en la Puerta de Córdoba
Interior al que se accede al sitio donde estuvo recluído y fue muerto san Hermenegildo
Recaredo, su hermano, en nombre de su padre Leovigildo, ofrece a Hermegildo conservar su vida a cambio de entregarse. Una es arrestado, es trasladado a Sevilla de donde pasa a Valencia.
El rey de los francos, que era su cuñado, hermano de su esposa, quiso ayudarle invadiendo la Galia Narbonense. Ante esto, Hermenegildo huye de la cárcel para unirse al ejército franco pero es apresado y será encarcelado en Tarragona. Por su parte su esposa escapa a África y pide asilo al emperador de Bizancio, Mauricio, aunque muere en el trayecto. Su hijo Atanagildo es entregado por orden de Mauricio a la madre de ella, con la oposición del propio Leovigildo.
Prestigiosos historiadores como Thompson, Orlandis o García Moreno, no consideran que la conversión de Hermenegildo fuera la verdadera causa de la revuelta, sino una excusa para ella. Se apoyan para esto en la tolerancia religiosa exhibida durante el reinado de Leovigildo y en los distintos intentos diplomáticos efectuados antes del inicio del conflicto. Más aún, incluso después de la conversión de los visigodos al catolicismo con Recaredo.
Retablo mayor de San Hermenegildo
Hermenegildo rechazó la oferta de perdón de su padre por fidelidad a la fe católica y que fue decapitado por su carcelero, Sisberto, tras negarse a recibir la sagrada comunión de manos de un obispo arriano el día de Pascua de 585.
Hay gustos para todo y esto es desde bien antiguo, por ejemplo es mucho menos favorable a Hermenegildo la opinión del historiador franco Gregorio de Tours, muy bien informado del mundo visigodo, quien considera una grave falta que un hijo se alce contra su padre, aunque este sea arriano.
A petición del rey Felipe II de España, Sixto V lo canonizó en el milésimo aniversario de su muerte. Junto a San Fernando, es decir, Fernando III, que reconquistó Sevilla del yugo musulmán infiel y que es el santo patrono de la monarquía española.
San Fernando en San Hermenegildo
Durante
el siglo XV los hermanos de San Hermenegildo, al celebrar el día de su patrón,
organizaban justas en su honor en el
espacio que hay desde la puerta de Córdoba hasta la del Sol.