Es una calle del barrio del Pumarejo, en el casco antiguo, que ha
cambiado su nombre ya oficial y recientemente, al terminar una
investigación un ciudadano que realizaba un estudio sobre el
histórico Palacio del Pumarejo, situado en el entorno de esa calle.
Al
investigar su origen detectó el error en el nombre de la calle e inició
el proceso ante el Ayuntamiento para conseguir su cambio, que ha
culminado con la colocación de la letra correcta al final del nombre.
Eustaquia
Barrón fue la madre de Aniceto Sáenz, comerciante natural de Villanueva
de Cameros (La Rioja), que llegó a Sevilla en 1871, donde falleció en
1903, que adquirió varios terrenos de la zona, abriendo nuevas calles.
Cuatro
de esas vías llevaron su propio nombre, el de su padre, Patricio Sáenz,
el de su madre, Eustaquia Barrón y el de su hija, Antonia Sáenz.
Las
calles pasaron a manos del Ayuntamiento en 1898, aunque no se saber por
qué, pero el nombre fue masculinizado, como se refleja en
documentos de 1923 donde ya figura con el nombre de Eustaquio Barrón,
aunque tras pasar por varias instancias, entre ellas un escrito del
Defensor del Pueblo andaluz presentado el pasado abril, finalmente la
calle ha vuelto a tener el nombre con el que fue concebida y rotulada a
finales del siglo XIX.