En la misma piedra de Ica que representa la caza de un tiranosaurio por tres cazadores, dos de los cuales intervienen por arriba sobrevolando en lo que parece ser un pájaro y otro ataca al animal desde abajo, sorprende en la misma piedra el grabado de lo que parecen ser tres estrellas, en distintas posiciones, en el cielo, donde se movía el gran pájaro. Según parece esta civilización dispondría de aparatos voladores, estos aparatos en las piedras aparecen representados como pájaros, esta sería la explicación que da una parte de los investigadores; otra sería que realmente fuesen pájaros, dinosaurios voladores, pájaros muy grandes, previamente domesticados por estos hombres.
Según las piedras parece ser que, en aquella remota época, la Tierra tenía tres satélites. Hay quien interpreta que un posible desfase en el magnetismo de la Tierra habría provocado igualmente un desajuste en las órbitas de dos de estas estrellas, de estas Lunas, que habrían terminado por caer sobre la Tierra. Este impacto habría sido un grandísimo cataclismo que habría convulsionado la Tierra. Las piedras de Ica incluso parecen darnos la respuesta de cuándo se produce este cataclismo.
El tamaño de las piedras está en relación con la proporción del tema que tratan sus grabados. Cuanto más pesada y grande fuera la piedra y cuanto mayor huboera sido el trabajo y el esfuerzo empleados en su grabación, en la expresión del mensaje que querían transmitir, más trascendental sería la información que se expondría en la piedra.
Los altorrelieves revelan generalmente conocimientos más importantes que los que expresan las piedras con simples grabados. Éste es el caso de la pesada piedra que refiere la historia del stegosaurus, Igualmente sucede en el caso de otra piedra de extraordinarias dimensiones que se sale de la media del tamaño de las demás, pesando una media tonelada. En esta otra piedra se muestra una matanza de hombres a manos de los dinosaurios. En la piedra se ven altorrelieves que muestran como dinosaurios de varias especies atacan y devoran a hombres.
Pareciera que el tamaño de las piedras también va en relación con el peligro procedente de los animales que refieren. En otras piedras, esta civilización grabó igualmente caballos, ciervos y una gran diversidad de animales, que suponían menor peligro para el hombre, las piedras son en estos casos más pequeñas.
En otra de las grandes piedras de Ica se muestra o se advierte que el hombre no debía aproximarse ni entrar en el sitio señalado por la roca labrada porque si lo hacía corría peligro de muerte. En esta piedra se estaría señalando un sitio donde vivían dinosaurios adultos y más jóvenes, con tamaños intermedios de la especie. Eran terrenos donde la dominación no era del hombre sino de los grandes saurios.
En otra de las piedras grabadas puede observarse a un hombre que sostiene lo que sería un corazón. Y junto al hombre un reptil prehistórico con una gran aleta dorsal y que, según la Paleontología, pertenece al Carbonífero Superior y habría vivido hasta el período Pérmico Medio, en plena Era Paleozoica o Primaria. El grabado nos revela el profundo conocimiento de aquella civilización sobre la fisiología y anatomía de los animales contemporáneos de su civilización.
Pero existen
otros dibujos que van más allá de la relación hombre- saurios, pues parecen
relatar lo que fuera una operación o un sacrificio humano. Fama est que las culturas
prehispánicas realizaban sacrificios humanos a sus dioses, en algunas como la
cultura azteca el sacrificio consistía en sacar en vivo el corazón de la
víctima expiatoria para ofrecerlo a la divinidad que fuese. Es justo lo que
parece que relata el grabado de la imagen, en la que vemos a un humano tendido
sobre una mesa o altar, incluso se aprecian los órganos del mismo y en la mano
de uno de los “sacerdotes” que se distinguen por estar tocados con distintos
adornos en la cabeza, vemos un corazón que habría extraído en vivo del cuerpo
de la víctima, que permanece con los ojos abiertos. Esta sería una interpretación, una segunda interpretación es que fuesen curanderos operando a un enfermo.
Existe una serie de piedras que están dedicadas a los saurios prehistóricos, de los que podemos distinguir hasta unos 37 tipos distintos de estos grandes saurios, clasificados perfectamente por los paleontólogos, aunque también hay otros muchos que son desconocidos aún hoy día para la ciencia contemporánea. Todas estas piedras, todas las series, vienen a estar vinculadas entre sí.