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Janucá





Janucá es la Fiesta de las Luces o Luminarias, como sabemos en el cristianismo también existe una fiesta de las luminarias, lo que antaño se conmemoraba como la fiesta del Niño Perdido, que celebra el encuentro en el Templo de Jerusalem del Niño Jesús, cuando se había despistado de María y José, con gran preocupación para ambos y la encontrar a su madre preocupada le dijo que por qué se preocupaba, que sabía que tenía que encargarse de las cosas de su Padre. Posteriormente esta festividad, que se celebraba poniendo velas por las calles, para supuestamente indicarle el camino al Niño Jesús, considerado perdido, para que se encontrase con la Virgen María.

La Janucá es una fiesta judía que recuerda la rededicación del 2º Templo de Jerusalén y también la rebelión de los macabeos contra lo que fue el Imperio seléucida. 

Se celebra durante ocho días y la tradición arranca en la época de la hegemonía helénica, la Grecia Clásica, en el levante mediterráneo y concretamente, en Judea, que empieza el año 332 a. C., con las conquistas de Alejandro Magno.

Tras la muerte de Alejandro Magno, el extenso imperio queda en manos de los generales de su ejército, éstos entran entre sí en conflictos bélicos, lo que aprovecharon los griegos seléucidas siglos después  para pretender el dominio de la zona.

En los libros de los de Macabeos I y II, relatan esta festividad que recuerda 

  • la derrota de los helenos (la cultura helenística es el precedente de la cultura griega clásica) 
  • la recuperación de la independencia de los judíos a manos de los macabeos frente y sobre los griegos seleucidas 
  • y la purificación posterior del 2º Templo de Jerusalén de los íconos paganos, en el siglo II a. C.

La tradición judía celebra un milagro que consistió en que en el Templo pudo encenderse el candelabro durante ocho días seguidos con cantidad mínima de aceite, solo suficiente para un solo día, durando la iluminación en vez de un día, ocho. Esto fue lo que dio origen a la costumbre de encender, progresivamente, un candelabro de que tiene nueve brazos y se denomina januquiá, encendiendo cada día una vela de cada brazo, teniendo el candelabro un brazo "piloto".

La festividad se celebra entre finales de Noviembre y principios de Diciembre en el calendario gregoriano; en el calendario judío sería el día el 25 de Kislev, sería entre los días 22 al 30 de Diciembre.

Los Macabeos se rebelaron contra Antíoco IV Epífanes, triunfando. Según el Talmud, -que es una obra que recoge fundamentalmente las discusiones de los rabinos sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones, dichos, parábolas, historias, leyendas, siendo tanto código civil como religioso, que data entre los siglos III y V a.C. elaborados por eruditos hebreos de Babilonia y la Tierra de Israel-, el Templo habría sido purificado y las mechas de la menorá habrían ardido de forma milagrosa durante ocho días pero sólo había aceite para iluminar la lámpara del Templo un solo día. Según la canción:

"La Janucá llega una vez al año, trayendo historias de días antiguos; contando la historia maravillosa de cómo la lámpara [del Templo] quedó encendida durante ocho días completos aunque contenía aceite para un solo día".

Curiosamente esta tradición sobre la festividad de la Janucá es relatada en los libros de los Macabeos, pero sin embargo no se menciona en el Tanaj hebreo.

El Tanaj se conoce también como Mikrá, siendo el conjunto de los 24 libros sagrados del judaísmo y se divide en tres grandes partes: 

  • la Torá (Ley), 
  • los Nevi'im (Profetas) 
  • y los Ketuvim (Escritos). 
Los textos están mayoritariamente escritos en hebreo antiguo, también hay pasajes en antiguo arameo, recibiendo el texto tradicional hebreo el nombre de texto masorético.

Cuando es coronado como rey de Siria Antíoco IV Epífanes (175 - 164 a. C.), decide helenizar al pueblo israelita, con este objetivo prohibe a los judíos continuar con sus tradiciones y sus costumbres. Pero un grupo de judíos, los Macabeos, llamados así por su líder, Yehudá Macabi, originarios de la zona de Modi'ín, empezaron a rebelarse contra el ejército griego y se niegan a realizar los actos que se les ordenaba y que iban contra su religión. La lucha fue difícil, además eran minoría frente al diestro ejército griego; pero su estrategia, su decisión y su fe los llevan al milagro de Janucá, es decir, ganar unos pocos contra muchos.​

Según dice el Talmud (Gemara, Shabbat 21), al finalizar la guerra, los macabeos vuelven a Jerusalén, pero cuando llegan encuentran el Templo profanado, con la menorá, el candelabro de siete brazos, apagada, pero con el aceite ritual puro suficiente para poder encenderla un día solamente. Los macabeos tardaron en conseguir más aceite ocho días pero sin embargo, el escaso aceite que tenían consiguió mantener encendida la menorá durante todo esos ocho días.

En los libros de los Macabeos I y II se habla sobre la institución de la Janucá. 

  • El primero narra que "Durante ocho días celebraron la dedicación del altar... Entonces Judas y sus hermanos y toda la asamblea de Israel, decidieron que la consagración del nuevo altar se debía celebrar cada año con gozo y alegría durante ocho días, a partir del día veinticinco del mes de kislev" (I Macabeos 4:56-59). 
  • El libro segundo de los Macabeos (10:6-8) dice: "lo celebraron con mucha alegría durante ocho días, a la manera de la fiesta de los Tabernáculos... toda la asamblea aprobó y publicó un decreto en el que se ordenaba que todo el pueblo judío celebrara cada año estos días de fiesta".

Igualmente se ha relacionado con la Janucá el martirio de Hannah y sus siete hijos. La historia se relata tanto en el Talmud (Tratado de Gittin 57b) como en el libro II Macabeos 7, coincidiendo ambos en que una mujer judía llamada Hannah junto con sus siete hijos habrían sido torturados y ejecutados por negarse a comer cerdo a manos de Antíoco, lo que hubiera sido un acto de violación de la ley judía.

Es conocida la costumbre en pueblos pacenses, como Cabeza la Vaca, la costumbre ancestral según la cual se sacrificaba a los cerdos, todos los años, -por estas fechas en las que tiene lugar para los judíos la Janucá-, a las puertas de las casas. Esto venía a indicar en la España de los Reyes Católicos que habían dictado el Decreto de Expulsión ante la negativa de conversión de los judíos, que los que decidían permanecer en España y por tanto convertirse al cristianismo, demostraban así que eran cristianos conversos, cristianos al cabo, comiendo cerdo, animal impuso para los judíos. Esta costumbre nos habla de la presencia judía en España, en los pueblos, en la permanencia a través de los tiempos de la cultura judía que convivió con los hispanos y con el cristianismo durante mucho tiempo.

Igualmente la Janucá coincide con el solsticio de invierno, luego también se interpreta como una manifestación que viene a festejar este punto en el calendario en el que los días se dejan de acortar y empiezan a hacerse más largos.

En el Talmud se relata la parábola de Adán, que siendo el primer hombre, vio por primera vez en su vida ponerse al sol y temió, la historia vendría a conectarse con esta festividad del solsticio de invierno. Adán, en el primer año habría ayunado ocho días y después cuando vio que los días empezaban a alargarse nuevamente lo festejó durante otros ocho días; pero ya en el segundo año, comprendiendo que se trataba del orden natural del Universo, solamente festejó (Talmud, Tratado de Avodá Zará, 8a).

Como la Janucá tiene lugar sobre el día 22 de Diciembre, tambén la fecha del solsticio, en el hemisferio norte, el relato o parábola vendría a explicar el motivo central de la festividad que es encender las luminarias, que vendrían a simbolizar la despedida del invierno.

En el Cristianismo se celebra a principios de cada año la fiesta de la Candelaria, que viene a sustituir la del Niño Perdido, las velas que se ponían por las calles para que el Niño no se perdiera habrían dado lugar a las hogueras de la Candelaria, en Pedrera, por ejemplo, se hacen hogueras en las calles.

Las culturas cristiana y judáica no estarían tan alejadas entre sí, en principio, el cristianismo nace del seno judáico y comparte el Antiguo Testamento.

El Midrash Breshit Raba habla también del fuego, Dios habría regalado el fuego al hombre, el motivo habría sido el temor del hombre a la oscuridad.

La Janucá también se relaciona con el fin de la cosecha de aceitunas y del prensado para obtener el aceite de oliva. La Janucá marcaría el final de la ofrenda de las primicias del olivo. Fiesta agrícola en la que, con aceite de oliva, se encendían luminarias ya en la época del primer Templo de Jerusalén.

El nombre Janucá viene del verbo hebreo dedica o inaugurar pues en la Janucá recobraron los judíos  el control de Jerusalén y reabren el Templo al judaismo, reinauguraron el Templo. Por otra parte la palabra Janucá en hebreo puede traducirse como "​ellos descansaron [el] veinticinco", aludiendo al hecho de que los judíos dejaron de luchar el día 25 de Kislev, día en que comienza la festividad.

También Janucá, es pecie de palabra mágica, ​sería un acrónimo que vendría a significar "ocho velas y la halajá según la Casa de Hilel". Estamos ahora ante una diferencia de opinión entre la dos importantes escuelas de pensamiento judáico o rabínico que son la Casa de Hilel y la Casa de Shamai, que tienen distinto parecer sobre el orden de encender las velas de Janucá. Si Shamai opina que las ocho velas deben encenderse la primera noche, siete la segunda y así ir disminuyendo sucesivamente, Hilel opina que debe ser encendida una vela más cada noche hasta completar las ocho y la Ley Judía se decantó por adoptar la postura de Hilel. 

Hay que recordar algo de Historia. Judea formó parte del reino ptolemaico, Egipto, hasta el año 200 a.C. y, cuando el rey sirio Antíoco III El Grande derrotó al egipcio Ptolomeo V Epifanes en la batalla de Panio, Judea vino a convertire en parte del Imperio seléucida de Siria.

Antíoco III El Grande, intentando conciliar con los judíos, sus nuevos súbditos, les garantizó como derecho derecho vivir conforme a sus costumbres ancestrales y poder continuar practicando su religión en el Templo de Jerusalén. Pero, en el año 175 a. C., el sucesor de Antinico III, su hijo Antíoco IV Epifanes, invade Judea, aparentemente a petición de los hijos de Tobías, los tobíades, que lideraron en Jerusalén la facción helenista judía, fueron expulsados de Siria sobre el 170 a. C., cuando Onias, el sumo sacerdote y su facción proegipcia les arrebatan el control.

Los tobíades exiliados convencieron a Antíoco IV Epifanes de someter a Jerusalén. Y, según nos ha llegado por el testimonio de Flavio Josefo, historiador judío, el rey acuerda con ellos; y ataca a los judíos con un gran ejército. Toma por la fuerza la capital y asesina a una gran multitud, formada por quienes favorecían a Ptolomeo, ordenando a sus soldados saquear sin piedad la ciudad. Profanó el Templo y terminó con la práctica constante de ofrecer un sacrificio de expiación diariamente por tres años y seis meses.​

Cuando fue saqueado el segundo Templo de Jerusalén y los servicios religiosos interrumpidos, el judaísmo queda fuera de la legalidad, proscrito; y Antíoco Epifanes el año 167 a. C., ordenó construir un altar a Zeus en el Templo, prohibió la circuncisión y también ordena el sacrificio de cerdos en el altar del Templo.​ Las acciones de Antíoco Epifanes fueron desobedecidas masivamente provocando una gran revuelta.

Matatías, un sacerdote judío con sus cinco hijos que eram: Yojanán, Simón, Eleazar, Jonatán y Judas, lideran la rebelión contra Antíoco. En el año 166 a. C. fallece Matatías y Judah le sucede como líder de la rebelión. Judah fue llamado Judah haMacabí, que significa "Judah el Martillero"; y, el año 164 a. C. triunfan en la rebelión contra el monarca seléucida y el Templo es liberado de nuevo. Para celebrar este triunfo Judah el Macabeo y sus hermanos instituyen la fiesta de Janucá.

Tras recuperar Jerusalén y su templo, Judah ordena que limpiarlo y construir un nuevo altar deshechando el altar que estaba contaminado por el idolatrismo que adoró a Zeus. Ordena también que preparasen nuevos utensilios.Y aquí se incardina la historia anteriormente referida.


Según el Talmud era preciso aceite de oliva con la que encender la Menorah del Templo, que debía permanecer cada noche encendida pero solamente tenían suficiente aceite para un día y milagrosamente, el aceite mantuov la llama durante ocho días, este fue el tiempo preciso para poder preparar aceite nuevo para la Menorah. A rais de esto se instaura una festividad que debía durar ocho días para conmemorar este milagro. En Macabeos I, consta que una celebración de ocho días de duración, con cánticos y sacrificios, había sido proclamada cuando se rededicó el altar, aunque sin mencionar el milagro del aceite.​

Parte de la historiografía afirma que el motivo de tal celebración de ocho días sería, en realidad, una celebración tardía, a posteriori, de dos fiestas, las festividades de Sucot y Shemini Atzeret,​ que en la época eran las más importantes del año, lo cual habría sido así porque los judíos, durante la guerra, no pudieron celebrar estas festividades. La duración de ambas fiestas combinadas, al unísono, sumarían ocho días; y, además durante la festividad de Sucot en el Templo se encendían lámparas.

La crónica histórica sería:

198 a. C.: los ejércitos del seléucida Antíoco III el Grande expulsan de Judea y Samaria a Ptolomeo V Epifanes.
175 a. C.: Antíoco IV Epifanes sube al trono seléucida.
168 a. C.: en el reinado de Antíoco IV, es saqueado el templo, masacrados los judíos y el judaísmo declarado ilegal.
167 a. C.: Antíoco ordena construir en el Templo de Jerusalén un altar a Zeus. Matatías y sus hijos, lideran rebelión en su contra. Judah, hijo de Matatías, le sucede y se le conocerá como Judah haMacabí (Judas el Martillero).
166 a. C.: Matatías muere, Judah ahora es líder de la revuelta; y empieza el Reino hasmoneo, que durará hasta el 63 a. C.
164 a. C.: triunfa la revuelta judía contra el monarca seléucida. El Templo es liberado. Surge la festividad de Janucá.
142 a. C.: Segundo reino judío. La autonomía judíaos es reconocida por los seléucidas mientras que el rey seléucida mantiene el señorío formal, reconocido por los hasmoneos. Esto prucirá un período de gran expansión territorial y crecimiento poblacional, cultural  religioso y social.
139 a. C.: la autonomía judía es reconocida por el Senado romano.
134 - 132 a. C.: Jerusalén es sitiada por Antíoco VII, se retira. Juan Hircano I acepta el dominio seléucida, pero el reino retiene su autonomía.
129 a. C.: Antíoco VII muere. El Reino judío expulsa a los sirios definitivamente.
96 a. C.: comienza una guerra civil de ocho años entre los fariseos y el rey saduceo Alejandro Janeo.
83 a. C.: se consolida el reino al este del río Jordán.
63 a. C.: el reino judío hasmoneo termina por la rivalidad entre los hermanos Aristóbulo II e Hircano II, que solicitan la intervención de Roma, esto motiva el envío al territorio del general romano Pompeyo el Grande; y 12.000 judíos son masacrados al entrar los romanos en Jerusalén. Los sacerdotes del Templo mueren abatidos en el altar y Roma se anexiona Judea.



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