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Giralda y Giraldillo

 

 

La Giralda es el alminar desde donde el almuédano llamaba a la oración a los infieles musulmanes y es la torre que arranca de un ángulo del Patio de los Naranjos, de la actual Catedral de Sevilla, patio común en las mezquitas en el que presidía y preside una fuente, que en la época serviría para las abluciones de los musulmanes antes de sus oraciones.

Está construida la Giralda sobre basamento de piedra donde se advierten sillares procedentes de antiguos edificios romanos de Sevilla y restos ilustradores de un pasado romano ligado al río y a la mar.

El cuerpo de la torre se levanta en ladrillo visto hasta la estatua, El Giraldillo, que la corona a la altura de 94 metros. En sus cuatro frentes de la torre se abren balcones y ventanas para iluminar los tramos de su rampas interior que posibilita el ascenso incluso a caballo.

Los muros, hasta la mitad de la altura de la Giralda, se dividen en tres paños verticales, paños de sebka, que se decoran con la red de rombos característicos del arte musulmán.

Es el elemento constructivo de la Catedral más famoso y el antiguo alminar de la antigua mezquita almohade, se comenzó a construir en 1184 por Ahmed Lbn Baso y lo concluye el arquitecto Ali de Gomara en 1198.

El alminar original  remataba con un segundo cuerpo más reducido que culminaba en casco semiesferico coronado de tres bolas de bronce en tamaño decreciente. 

En 1365 un terremoto destruyo casco y bolas, momento en el que se decide sustituirlos por una espadaña modesta. Pero el Cabildo de la Catedral acuerda en 1558 la remodelación y remate de la torre, obras que fueron encomendadas a Hernan Ruiz II, que tardó diez años en realizar el campanario y templetes que la culminan hoy dandole un aire distinto y mucho más católico.

La fusión del cuerpo superior renacentista y el inferior almohade se hace de forma perfecta, armoniosa, aunando dos culturas distintas, separadas por su mentalidad y religiosidad.

Para rematar el nuevo campanario se hizi una colosal escultura que simboliza la Fe y que mide cuatro metros de altura sin que contemos el pedestal. La idea fue fundida en bronce por Bartolomé Morel, que utilizó un vaciado modelado psiblemente por Juan Bautista Vázquez el Viejo, que siguió diseño del pintor Luis de Vargas. La escultura es en realidad una veleta y, al parecer, esta función fue la que le proporcionó el nombre de Giraldillo, confundiendo el sexo de la escultura, no en vano femenina que se representa embarazada, sin tallar sus pupilas lo que la hace representante de la Fe y de la Esperanza, coronando un templo que debe ser simbolo de la Caridad cristiana. Así se aunan las tres virtudes teologales en el simbolo del incorrectamente denominado Giraldillo, que más bien podría haberse respetado como Giraldilla. No obstante la altura hace difícilmente perceptible el abultamiento del vientre de la imagen, por lo que hay que disculpar al pueblo que realmente no vio de cerca la imagen hasta su restauración, no hace mucho, y ahora con la  réplica que de la misma se hizo.

 


 

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