Amón: La 
principal representación divina de la ciudad de Tebas. En su origen 
personificó los vientos, y, como tal, era el protector de los
    navegantes. Su nombre significa "el invisible". Acabó fusionándose 
con el Sol, recibiendo el nombre de Amón-Ra. Se representa bajo aspecto 
humano, y con un tocado consistente en una corona de dos
    grandes plumas verticales juntas de halcón.
    Los animales que le representan son el ganso y el carnero. Era el 
emblema del Imperio y el patrono de la Monarquía. De origen modesto, 
Amón se asimila a Ra.
  
    
    Amón era el emblema local de Tebas, considerado como el 
representante de la fecundidad y del viento que empuja los barcos de 
vela, alimenta los pulmones y transporta los granos del polen para
    fecundar las plantas. Así Amón da vida mientras está invisible. Se 
le da la forma de un hombre vestido con un paño, la cabeza cubierta por 
un mortero coronado por dos plumas. A veces también
    tiene la cabeza de un carnero. Su esposa Mut, la señora del cielo, 
tiene la forma de un buitre y su hijo Jonsu, la de un niño coronado con 
una luna creciente. Es un néter sin historia y,
    precisamente por esta razón, toma la de los demás.
  
Cuando Amenemhat I fundó la XII dinastía y ya Tebas se había erguido en la capital de Egipto, se convirtió en el protector y conductor de la nación; incluso fue designado como el Rey de los neterú, los representantes de atributos divinos. Se creía, efectivamente, que los jefes que habían conseguido la hazaña de reunir Egipto bajo su autoridad, sólo podían haberlo logrado gracias a la invocación a Montu o a Amón, neterú de guerra.
    
    Comentario: Samir Hiweg, guía turístico de habla hispano-egípcia
  
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Arte Egipcio Egipto Escultura Historia Antigua
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