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Las Murallas de Sevilla V



 
Torreón del lienzo de muralla de La Macarena.


 
 

 
 
Otra de las puertas de la muralla es el Arco de La Macarena. Se observan las columnas de refuerzo para el paso de carruajes y su remodelación y restauración..
 
 
 
La primera función y originaria de la muralla, su valor defensivo, deja paso al valor comercial. Sevilla ya no tiene que defenderse de invasores, pero en ella ha surgido un increíble comercio.

El valor comercial también está relacionado con las crecidas del Guadalquivir, su presencia suponía un factor aislante y la convertía de este modo en aduana a través de la cual se regula y canaliza el acceso a la ciudad mediante un pago estipulado, un arancel.

La muralla también suponía vigilancia y facilitaba el cobro de tributos importantes y de impuestos que se aplicaban a tránsito de personas y mercancías, como el portazgo, alcabala o el cornado de la cerca, que era un tributo especial existente en España para este tipo de construcciones, las murallas.

También la muralla suponía una barrera de sanidad, se había convertido finalmente en una barrera sanitaria por medio de la cual era posible el control de enfermedades que podían afectar a la ciudad procedentes de fuera de la misma y relacionadas con el carácter portuario de la ciudad.

En el XVIII se vuelven a llevar a cabo en las puertas de acceso remodelaciones. Se reconstruye la puerta del Arenal, se abre una pequeña capilla en el pie derecho del postigo del Aceite, allí se coloca un retablo barroco que venera la imagen de la Inmaculada Concepción que es la patrona del  Barrio del Arenal y obra de Pedro Roldán; también se levanta la Puerta de San Fernando, que quedaba a la altura de la Real Fábrica de Tabacos hoy Universidad.

A partir de la revolución de 1868 se empieza  a derribar gran parte de las murallas como consecuencia fundamentalmente del incremento poblacional y del crecimiento urbanístico de la ciudad.

Quedan a salvo de los derribos los tramos desde la Macarena hasta la puerta de Córdoba, con siete torreones cuadrados y uno octogonal; también tramos en los Jardines del Valle, Calle Temprado  y Alcázar; y se conservan además la Torres de Abd el Aziz, la Torr de la Plata y la Torre del Oro, que se incluían como propias en las defensas murales.

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