Callejón del Agua.
Tras la Reconquista de la ciudad por Fernando III el Santo en 1248 se mantuvo la estructura de la muralla.
Era usual en España que los sucesivos monarcas juraran los privilegios de la ciudad, cuando tomaban posesión de la misma, en alguna de sus puertas, en las de mayor importancia social o estratégica, como expresión de dominio y de poder. Así es como el 10 de marzo de 1526 prestó el rey Carlos I juramento, haciendo pleito de homenaje a la ciudad en la puerta de la Macarena, cuando llegó a la ciudad para celebrar sus bodas con la futura reina, doña Isabel de Portugal.
Durante el reinado de Carlos I tiene lugar una importante remodelación de las entradas públicas o reales de la muralla. Se las integra en el ensanche promovido por el rey emperador en las ciudades y villas, cuya finalidad era facilitar el tránsito de los carruajes.
Estas remodelaciones afectan a la Puerta de Carmona, Puerta de la Carne Puerta Real, Puerta del Arenal, Postigo del Aceite, -en el que Benvenuto Tortello llevó a cabo obras en 1572-, y al Postigo del Carbón, que se traslada desde el comienzo de la Calle Santander hasta su final. Lo mismo ocurrió con la Puerta de Triana, que originariamente estaba en la Calle Zaragoza, siendo trasladada más al norte en 1585, a la confluencia con la Calle de San Pablo.