La primera salida procesional tiene lugar el año 1468, despertando
gran admiración pues sus reglas obligan a la ejemplaridad y fervor,
trabajar en la espiritualidad y todo ello muy pronto comenzó
a dar fruto; y comenzaron a fundarse gran cantidad de nuevas
hermandades con este título o advocación y adoptando sus mismas Reglas.
En el primer tercio del XVI nace la controversia sobre la
conveniencia de la existencia de disciplinantes en las procesiones,
sobre la contribución o no a la ejemplaridad y fervor a la
religiosidad popular. La disyuntiva la resuelve Paulo III el 7 de
enero de 1536 en vivae vocis oraculo, al Cardenal Francisco de Quiñones
del título de Santa Cruz de Jerusalén.
El Papa concedía importantes gracias e indulgencias los cofrades de
la Vera Cruz que asistiesen en la procesión del Viernes Santo con
penitencia o luz. Esta resolución fue recogida por escrito
por el Cardenal y remitida el 5 de febrero a la Hermandad de la Vera
Cruz de Toledo, con carta del Doctor D. Pedro Ortiz explicando las
razones de los privilegios y dando normas para su disfrute.
Palabras clave: Hermandades, Cofradías, Semana Santa, religiosidad popular, Vera Cruz.