Ir al contenido principal

La Giralda




La torre campanario que corona la Reconquista de Sevilla poniendo la guinda a la catedral de Sevilla es la Giralda. La Giralda está dividida en tres cuerpos de los que los dos inferiores coinciden con el periodo arquitectónico almohade a finales del siglo XII, cuando el espacio en el que hoy se ubica la Santa Iglesia de Sevilla, era la mezquita mayor de la misma. 


 
 
Los motivos decorativos son a base de paños de sebkas y balcones y vanos ciegos, que tienen como precedentes en Rabat la Torre Hassan y enMarrakech la Kutubía, prácticamente gemela de nuestra Giralda, a no ser porque la sevillana está rematada y cristianizada con un tercer cuerpo, superior, de estilo renacentista que recuerda la Custodia del Santísimo, campanario y jarrones de azucenas en las esquinas como símbolo de la pureza y alusivos a la Inmaculada Concepción de la Virgen, pues Sevilla es baluarte del dogma dela Inmaculada Concepción. 


El cuerpo renacentista está coronado por una bola sobre la que se erige una figura femenina, que representa a la Fe y que está en estado de buen esperanza como lo indica su abultado vientre; ya tenemos ahí dos de las tres virtudes teologales: Fe y Esperanza; la Caridad, estaría representada por las cadenas de la catedral, que indican jurisdicción propia, aún hoy quien quiere reivindicar algo se refugia en la Catedral, sin saberlo están volviendo a épocas en las que quienes huían de la justicia civil se refugiaban en las gradas y templo de la Catedral para obtener inmunidad.


La figura que corona la torre en realidad es una veleta, que gira según el viento, pese a ser una pesada figura de bronce, hueca por dentro, quizás esto también sea símbolo de su preñez. Es llamada “El Giraldillo” a través de los tiempos, pero ni es una figura masculina ni una veleta al uso, sino que es la representación de la fe que mira allá donde vayan indicando los viendo y derrochando sus gracias.

Entradas populares de este blog

MelKart

Primitivamente, MelKart fue una divinidad fenicia de Tiro, a la que estuvo consagrado en principio el templo de Heracles en lo que fue la antigua ciudad de Cádiz. Su culto se realizaba centrado en el fuego sagrado de las ciudades; y se extendió por todas las colonias de Tiro. Originariamente era un dios de la naturaleza, agrícola, del campo, la vegetación, la fecundidad y la primavera. Su ritual comprendía ritos de muerte y resurrección cíclicos de cadencia anual, que coincidían con las estaciones del año. También era deidad marina, tenía carácter sincrético que también fue considerado “rey de la ciudad”, patrono de la ciudad de Tiro y que se transformó también en dios de la colonización y de la protección de la navegación, considerado por los tirios “el guía de sus viajes marítimos y exploraciones”, de modo que le consagraron el templo fundado al mismo tiempo que la ciudad de Cádiz en el otro extremo de la isla mayor, donde hoy conocemos   el islote de Sancti Pet

Literatura fenicia

    Misterio, leyenda y realidad envuelven la literatura del pueblo fenicio, pero todo lo que queda son una serie de inscripciones, algunas pocas de las cuales tienen carácter netamente literario, constituyendo alguna narración histórica, poemas, etc., monedas, fragmentos de la Historia de Sanjuniatón y del Tratado de Magón, o la traducción al griego del viaje de Hannón el Navegante y el texto del Poenulus de Plauto. Tuvieron bibliotecas y una rica producción literaria heredera del pasado cananeo, de la que son una parte ínfima las obras redactadas por Filón de Biblos o Menandro de Éfeso.

Decretos de Chamartín

Los Decretos de Chamartín  fueron firmados por Napoleón Bonaparte en 1808 el 4 de Diciembre tras la rendición de Madrid y suponían la abolición del  Antiguo Régimen en España, con inclusión del feudalismo y de la Inquisición española. Su nombre viene de la localidad en la que fueron sancionados por Napoleón, que hoy es un distrito de Madrid, Chamartín de la Rosa. Los decretos sólo tendrían vigencia en la España "afrancesada" de José I Bonaparte y del ejército francés, no se aplicandose en la España "patriota" , donde las Cortes de Cádiz tenían el poder en nombre de Fernando VII, que estaba cautivo en Francia, y que era el único rey al que reconocían. Los derechos de la Corona española, en virtud de las abdicaciones de Bayona, pasaron a Napoleón Bonaparte, que los cedió a su hermano José I Bonaparte, popularmente conocido como Pepe Botella, aunque al parecer era astemio. El cambio dinástico no fue aceptado por gran parte de los españoles    la re