En época de dominación musulmana la ciudad
de Uclés tiene su castillo, su mezquita y sus termas; pero su importancia más
relevante la tendrán en tiempos de Reconquista, cuando se convierte en sede de
la Orden de Santiago. De esta época data el Monasterio de Uclés. Los monjes guerreros, los fratres, harían de
Uclés un baluarte de la Reconquista.
Hay multitud de cosas que podemos ver en Uclés,
aunque hay que saber algo de Historia para situarse y comprender lo que vemos y
por qué es cómo lo vemos.
Sabemos por Historia Medieval que al-Fath ben
Musa ben Dhi-l-Nun, en el año de 893, ver que no podía permanecer en Toledo más
tiempo, decide instalarse y convertir a Uclés en su residencia y también en la capital
del reino colindante. En el 896 construye una alcazaba y fortifica la ciudad
que ya es independiente con respecto al Califato de Córdoba.
Al morir Musa ben Zennu, en 908, al-Fath, su hijo,
hereda el señorío de Uclés y a este le vendrán a suceder su hijo Yahya y su
nieto Fath ben Yahya. Pero el último es destronado y enviado a Madrid. En el
año de 984 vuelve la familia con Abd al-Rahmán ben Dhi-l-Nun que permanecerá
entre 984 y 1018.
En el 1025 se proclama señor de Uclés y rei de
taifa Ismail-al-Zafir, la familia toma una gran fortaleza y los dominios e
expanden hasta Valencia y Córdoba.
Por fin en 1085 Uclés es liberada del yugo moro,
es reconquistada, aunque al año siguiente se vuelve a perder en la Batalla de
Zalaca. Pero, al parecer en 1091 Alfonso VI la adquiere de nuevo como dote por
su relación con la pricesa mora Zaida que era la nuera de Almutamid, que
reinaba en Sevilla; la princesa sería la sexta esposa del monarca y de ella el
rey tendría un hijo, Sancho Alfonsez; suya etimología nos viene a confirmar que
“Sancho es hijo de Alfonso”, según indica la terminación “sez”.