Si algo nos caracteriza a los españoles es que
siempre estamos quitándonos de encima a invasores: musulmanes, franceses...
Cuando uno se hace miel se lo comen las moscas. Y eso es Cuenca, panal de rica
miel al que hay que acudir si uno es mínimamente curioso.
En Cuenca no solamente encontramos naturaleza en
estado puro y excelentes monumentos y otras de arte por doquier, aquí también
la Historia desempeñó papeles estelares. Caso es el de la Batalla de Uclés, que
tuvo ocasión el día 13 de Enero de 1809.
En ella las tropas españolas hicieron frente a
los “mamelucos”, que es el apodo que el vulgo les había puesto en la época;
también llamados gabachos y fanfarrones en la época de lucha y hasta nuestros
días cuando se emplea lenguaje vulgar peyorativo. Recordemos las coplillas
burlescas que en Cádiz se hicieron: “Con las bombas que tiran los fanfarrones
se hacen las gaditanas tirabuzones”.
El resultado no fue sino la victoria francesa y
un durísimo precio que tuvieron que pagar los derrotados a manos del
refinamiento francés que se esmeró en crímenes, asaltos y destrozos tanto en el
pueblo, con los vecinos como en el monasterio. Se hicieron burla de los monjes
a los que cargaron con albardas y angarilla; en la carnicería degollaban a los
hombres; y las mujeres eran violadas en más de 300 su número tras lo cual
fueron encerradas en la iglesia y quemadas vivas.
En la Batalla de Uclés se los combatió con el
resultado de 2000 muertos o heridos y 6000 prisioneros. Pero la Guerra de la
Independencia no fue sólo eso, duró desde 1808 a 1814 y lamentablemente famosas
fueron los alzamientos del Dos y Tres de Mayo en
Madrid, las Batallas de Albuera, Alcañiz, Almonacid, Arapiles, Astorga, Badajoz,
Bailén, Bruc, Cádiz, Chiclana, Fuengirola, Gamonal, Gévora, Medellín, Medina de
Rioseco, Puentesampayo, Ocaña, Sagunto, Sahagún, San Marcial, Somosierra,
Talavera, Tudela, Valdepeñas, Valencia, Valmaseda, Vitoria, Zaragoza.