Colaboración de Antonio Campano Díaz
Una fullonica era una taberna (establecimiento comercial) para lavar y reparar la ropa, algo así como una lavandería actual.
En el reportaje que obtuve en Pompeya podemos ver aún la balsa para preparar la primera fase del lavado (trataré de explicarlo en la fotografía) y algunas habitaciones en las que los operarios trabajaban en la limpieza, escardado, cepillado y secado de las prendas de lana y lino, sobre todo...
La Fullonica di Stephanus fue una antigua casa señorial reconvertida en taberna, por eso se aprecian los hermosos frescos aún en sus muros y la cocina con sus cacharros (más explicaciones en las fotografías).
En esta balsa se procedía con la primera fase del tratamiento de la ropa. Para desengrasarla, a falta de amoniaco se la echaba en un líquido bastante pastoso, a base de orines, cenizas y ciertas tierras (arcillas).
Allí mismo los esclavos o sirvientes, se encargaban de sacar las prendas listas para enjuagarlas en agua clara.
Fijaos en los frescos de aves y peces del frontal de la balsa, que era el antiguo impluvium de la casa señorial en origen.
Por lo visto, el servicio de "lavandería" era muy costoso. No todos los pompeyanos podían permitírselo (no sólo en Pompeya, también en otras partes del Imperio).
Las razones estaban centradas fundamentalmente en los orines que se empleaban, como ahora utilizamos el amoníaco... Lo explico a continuación.
En unas tinajas distribuidas por las distintas habitaciones se acometían las siguientes fases del proceso: aclarado y tintado.
En otras habitaciones suficientemente aireadas y patios, se secaban y oreaban las prendas.
En prensas "industriales", con tornillo central, se planchaban las prendas...
Otros trabajos del proceso era el cepillado, escardado...
La calidad de los frescos está a la vista....
Habría
que tener en cuenta que han pasado 2.000 años, y que los muros con los
frescos estuvieron bajo un considerable grosor de cenizas, sometidos al
inevitable proceso químico de degradación. Pero aún así, lo que vemos es
espectacular.
En la puerta de las "lavanderías", se colocaban unas tinajas, dispuestas de tal manera que facilitara que el transeúnte pudiera orinar en ellas.
Así se recogía el "amoníaco" de la época... Pero con un inconveniente, los impuestos a la recogida de los orines, eran bastante onerosos... Entre la gratificación a los "meones" y los altos impuestos, el servicio se encarecía...
Así se recogía el "amoníaco" de la época... Pero con un inconveniente, los impuestos a la recogida de los orines, eran bastante onerosos... Entre la gratificación a los "meones" y los altos impuestos, el servicio se encarecía...
Estar
deambulando por la fullonica era retroceder en el tiempo un par de
miles de años, que es para sentir "vértigo histórico", el mismo que yo
padecí tan a gusto...
La
cocina de obra, quedó prácticamente intacta. Y los cacharros
conservados perfectamente en su interior. El arqueólogo lo único que ha
hecho ha sido recolocarlos en su sitio, pues debido al flujo
piroclástico, se dispersaron por la pequeña habitación.
Funcionaba
a leña, como es natural... Lo mismo los alimentos cocinados en este
hornillo estaban más sabrosos que los que preparamos en nuestras
vitrocerámicas...