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Los fenicios rezaban en San Sebastián



Los hallazgos de abundante vajilla asociada a lugares de culto y restos de dos edificios de la época confirman la existencia del santuario de Krónion
Virginia León diariodecadiz.es





Estructuras halladas en la plaza del Castillo.

 
El trazado urbano de Gadir sigue componiéndose bajo el suelo que pisamos. Bajo los estratos de tierra que moldean nuestra historia, la de una ciudad que ocuparon los fenicios para vivir, trabajar y también para contactar con el más allá. Porque los fenicios rezaban y lo hacían en el Castillo de San Sebastián, donde el autor clásico Estrabón situaba "el Krónion de Gadir en la parte occidental de la isla, en la extremidad que avanza hacia el islote", decía el geógrafo.

En este punto que flanquea la playa de la Caleta se ha constatado por fin la existencia de este templo fenicio que completaría la tríada formada con el de Melkart -en el Castillo de Sancti Petri- o el santuario de Astarté, que sitúan en la vecina isla de Erytheia.

Así lo confirman las últimas -que no recientes- excavaciones realizadas al hilo de las obras de rehabilitación del Castillo de San Sebastián para la celebración del Bicentenario, donde el santuario Krónion resurge en decenas de retazos arqueológicos y restos de estructuras pertenecientes a dos edificios de fundación fenicia púnica, "probablemente vinculados al templo" que levantaron nuestros fundadores en esta parte de la isla.

Los relevantes hallazgos se produjeron en los sondeos previos y en el seguimiento arqueológico que se hizo de la obra de dotación de nuevos suministros para el castillo. Así, mientras el Ministerio de Medio Ambiente adjudicaba esta labor a Tragsa, la empresa Arqueologística S.L., con Rafael Maya al frente como director, realizaría el trabajo de control arqueológico, con más de un obstáculo en el camino.

"No se hizo una excavación en extensión, como bien hubiera merecido, sino a lo largo de una zanja de 54 metros lineales, paralela al ala sur de San Sebastián, en la zona de acceso donde se ubica la plaza del castillo. Además, en la avanzada del castillo se realizaron los sondeos con diferentes resultados", explica Gemma Jurado, una de las arqueólogas que afrontó este trabajo tan dilatado en el tiempo, junto a Esther López y Mariano Torres. Juntos destaparon otro pedazo de ese Cádiz fenicio vinculado al más allá, donde a pesar "del poco margen de actuación que hemos tenido, se han obtenido muy buenos resultados", comenta Gemma Jurado, de la empresa Arqueologística.

Durante los meses de 2010 a 2012 en que se realizaron los trabajos a trompicones, dado los grandes parones, encontraron en la plaza del castillo estas estructuras y numeroso material asociado que "por fin documentaba la ocupación fenicia de la isla". Concretamente se trata de dos edificios que han sido reaprovechados hasta época romana, de la que también se ha documentado el arranque de los muros "de la que tuvo que ser una construcción potente", añade Jurado.

"No podemos decir que sean los restos del mismo santuario, pero sí que son estructuras vinculadas al mismo", deduce Gemma Jurado, a juzgar por los abundantes restos aparecidos como trozos de huevos de avestruz, numerosos fragmentos cerámicos de adscripción cronológica fenicia y bastante vajilla de engobe rojo. En este apartado despunta un plato típico con borde ranurado sobre el que se dibuja un grafito que menciona al dios Eshmún, "lo que demuestra que desde muy temprano se venera en Cádiz a las deidades protectoras de la salud y que perdura durante toda la antigüedad, como bien se pone de manifiesto en la Casa del Obispo", puntualiza la arqueóloga gaditana.

Entre otros restos destacan monedas de las guerras púnicas, cerámica de barniz negro campaniense y fragmentos de vajilla griega -entre ellos una copa ática de barniz negro y una banda roja en el borde- que nos traslada al ambiente de las importaciones griegas de los siglos IV y V a.C. Más cuantitativa es la vajilla de mesa como vasos y cuencos que reafirman el tránsito comercial mantenido en el círculo del Estrecho. Ese talante negociante que presumiblemente atesoraban nuestros antepasados.

En el registro material de la fase romana imperial tiene mucha presencia la tierra sigillata, material del que se compone una copa africana hallada, y es muy significativa la aparición de vidrio.

La abundancia de este tipo de elementos y el descarte de un asentamiento doméstico y portuario en San Sebastián conducen definitivamente al templo de Kronión, "avalando el patrón de asentamiento fenicio que situaría en este enclave la zona de templos", justo donde los fenicios depositarían numerosos elementos asociados a lugares de culto y que entregarían a modo de ofrendas. Una teoría que también se sustenta en el foso con cenizas halladas en la excavación.

La historiografía local ya había situado el templo de Krónion en la zona, "aunque sin una base arqueológica fiable", pues hasta el momento sólo había aparecido en la zona de la Caleta un capitel proto-eólico del siglo VIII-VII a.C. Del mismo modo, las fuentes documentales del XIX también hablaban de unos basamentos monumentales vistos en la avanzadilla del castillo, "detalles que encajan con lo documentado en la zona", asevera Gemma Jurado.

Como curiosidad destacar que todas las capas cronológicas se han excavado en apenas una profundidad máxima de 1.20m., de modo que los restos de época romano imperial "casi han aparecido a nivel del suelo que hoy pisamos". Tanto es así que a escasos veinte centímetros de media respecto a la cota de suelo actual, ya aparecieron las estructuras reutilizadas de origen fenicio. Y es que "la cercanía del firme ostionero ha provocado que, construcción sobre construcción, se alcance las fases anteriores, con una clara amortización de estructuras", explica la gerente de Arqueologística.

Cuando el equipo de arqueólogos realizó los sondeos previos de las obras para dotar de nuevos suministros a la fortaleza detectaron "una gran afección previa sobre los restos arqueológicos", señala Gemma Jurado. Concretamente se localizaron zanjas de suministros y saneamientos de los años 50 y, lo que es peor, del año 2002, recorriendo longitudinalmente el área sur de la plaza de armas de la fortaleza, desde la puerta de acceso al cuarto del transformador eléctrico situado junto al antiguo polvorín.

"Justo en el año 2002 se realizaba en el castillo una escuela taller del Instituto de Fomento, Empleo y Formación del Ayuntamiento de Cádiz", puntualiza Jurado en cuanto a la falta de responsabilidad en la protección del patrimonio, pues cuando hablamos del Castillo de San Sebastián, lo hacemos de un entorno Bic.

Fue precisamente esta situación la que llevó a la solución de realizar los nuevos suministros "aprovechando estas zanjas y siempre bajo vigilancia arqueológica".

Una zona en la que se procedió con máxima precaución, y que ha sido muy alterada desde la antigüedad hasta la época moderna, cuando se construyó la fortaleza, tanto por la mano del hombre como por la propia naturaleza, pues lo que después quedaría convertido en un islote, originariamente era la continuación topográfica de la propia isla de Kotinoussa.

En el informe que el equipo de arqueólogos ha realizado de la interesante excavación en San Sebastián concluyen que "no se debe descartar que la fundación de Krónion haya sido en un momento más tardío, quizá en época bárquida (de dominio de Amílcar Barca)". El documento hace referencia a la colina dedicada a Krónos tras la fundación de Carthago Nova, por lo que "hace muy verosímil la existencia en ella de un templo dedicado a dicha divinidad, y que por lo tanto el santuario gaditano hubiese sido fundado, como la propia Cartagena, por un miembro de los Barca, sobre una ocupación anterior que podría haberse iniciado en el siglo VII a.C". Sólo los trabajos arqueológicos en extensión en este terreno pueden terminar de escribir esta página de la historia. La de un pueblo que fijó su núcleo urbano en la parte alta de Erytheia (yacimiento Cómico), haciendo de San Sebastián ese espacio místico donde rezar y rendir culto a sus deidades.

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