A Dagón se le menciona en la Biblia cuando habla del dios
Dagón al que rindieron culto en el templo de Asdot (I Samuel 5, 1-7), y
ocupando su templo como baños públicos. Es posible que su nombre se haya
utilizado para denominar a tres dioses distintos: un Ben Dagón, que aparece en
los primeros textos ugaríticos en lucha contra el dios Baal; un segundo Dagan,
dios sumerio de la fertilidad, venerado por todo el Oriente Antiguo; y, por
último, en Fenicia, Dagón, un dios marino, medio hombre y medio pez. La posible
confusión puede ser originada por una etimología dudosa, pues la palabra caldea
dagan se traduce por 'grano', 'trigo' o 'semilla' y en hebreo antiguo dag,
significa 'pez'.
Dagón era descrito con cara y manos, y una parte de su
cuerpo era parecida a un pez, "el tronco de Dagón" (versículo 5); y tenía
un aspecto de brillo pulido. La descripción de la Biblia coincide con la que
puede verse en las monedas de varias ciudades, filisteas o fenicias; en la
mayoría de ellas se representa como una figura compuesta, la parte superior del
cuerpo es humana y la inferior es de pez. Dagón era un dios pez, parece haber
sido la deidad principal de ciudades marítimas, tales como, Asdod, Gaza,
Ascalón, y Arvad.
En los monumentos, y también probablemente en el culto popular,
Dagón está asociado a veces con una deidad hembra también medio pez, Derceto o
Atargatis, a menudo identificadas como Astarté.
Algunos historiadores consideran que Dagón era el dios de la
agricultura. Su opinión está basada en la siguiente afirmación filo bíblica:
"Dagón, es decir, espiga ' [la palabra hebrea para espiga es dagan].
"Dagón, después de descubrir el trigo y el arado, fue llamado Zeus del
arado" (2, 16). El mismo escritor nos dice (en Eusebio, Prep. Evang. 1, 6)
que, según una leyenda fenicia antigua, Dagón era uno de los cuatro hijos
nacidos del matrimonio de Anú, el señor de cielo, con su hermana, la tierra.
También pudiera admitirse que en el transcurso del tiempo, a
lo largo de la orilla mediterránea, se desarrollase una concepción y
representación doble de Dagón como resultado de la supuesta doble derivación
del nombre. El culto a Dagón parece que se había extendido incluso más allá de
los confines de su confederación. Todos los historiadores están de acuerdo en que tanto el nombre como
el culto de Dagón se importaron de Babilonia.
Las cartas de Amarna (ca. 1480-1450 a. C.), qué han aportado
los nombres de Yamir-Dagan y Dagan-takala, gobernantes de Ascalón, dan
testimonio de la antigüedad del culto a Dagón entre los habitantes de
Palestina.
Esta deidad tenía templos en Gaza según la Biblia (Jueces,
16, 21, 23) y Asdod (I Samuel 5, 1-7); Suponemos que existieron estanques
igualmente en otras ciudades filisteas. El testimonio de los monumentos es
positivo para la ciudad fenicia de Arvad. El Libro de Josué menciona dos
pueblos llamados Bét Dagón, uno en el territorio de Judá (Josué 15, 41), y el
otro en la frontera de Aser (Josué 19, 27).
Josefo también habla de un Dagón "más allá de
Jericó" (Antiq. Jud., XIII, 8, 1; De Bel. Jud. I, 2, 3): todos estos
nombres son anteriores a la conquista israelita, y, a menos que los derivemos
de dagan, dan testimonio de a una amplia difusión del culto de Dagón a lo largo
de Palestina. Este culto se mantuvo, por lo menos en ciertas ciudades
filisteas, hasta los últimos siglos a. C. Este era el caso de Asdod; el templo
de Dagón que estaba allí fue quemado por Judas Macabeo (l Mac.10, 84; 11, 4).
Mientras que los Baales que, entre los cananitas, eran
deidades esencialmente locales, Dagón parece que era considerado por los
filisteos como un dios nacional (I Crónicas 10, 10). A él atribuyeron su éxito
en la guerra; le dieron gracias con grandes sacrificios, ante él se regocijaron
por la captura de Sanson (Jueces 16, 23); a su templo llevaron los trofeos de
sus victorias, el Arca (I Samuel 5, 1, 2), la armadura, y la cabeza de Saul (1
Samuel 31, 9, 10; I Crónicas 10, 10).
Un bajorrelieve de bronce de trabajo asirio fenicio también
sugeriría que Dagón estaba presente en las doctrinas de la muerte y la vida
futura. Acerca del ritual de su culto, poco puede recogerse o de los documentos
o de la Escritura. Los acuerdos detallados para devolver el Arca (1 Samuel 5;
6) puede haber estado inspirados más por las circunstancias que por cualquier
ceremonia del culto a Dagón.