Los debates sobre la naturaleza de Jesucristo supusieron controversia en la Iglesia durante siglos
Surge en el siglo VII y son un conjunto de doctrinas desarrolladas por el patriarca de Constantinopla, Sergio (+638) con la finalidad de combatir la herejía Monofisista.
Propuso
que en Cristo había una sola voluntad y dos naturalezas.
Sus doctrinas
fueron apoyadas por el emperador Heraclio (610-641) y recepcionada por la
Iglesia Armenia y por los monofisistas de Egipto.
Tras los éxitos
obtenidos en una primera etapa, y debido a las actuaciones del
apologista San Máximo, el confesor ((+680) la herejía
monotelista fue condenada en el III Concilio de Constantinopla (680-681)
desarrollado durante los pontificados de San Agatón (678-681) y de San León
II (681-683), donde los padres conciliares reafirmaron la doctrina de las
dos voluntades y de la doble operación en Cristo, “sin
división, sin conmutación, sin separación y sin confusión, según la
enseñanza de los Santos Padres”.