El Maniqueismo es el conjunto
de doctrinas difundidas por Mani, Manes o Manijaios, que fue natural Mardin,
Mesopotamia en el 216, que nació en el seno de una familia noble persa
aunque pudiera tener un origen judío.
Según afirma Manes a los 13 añotuvo una visión del Espíritu Santo que le reveló la
nueva doctrina. Desde joven recibió de
joven fuerte influencia del gnosticismo, marcionismo y del judeo-cristianismo.
Su decisión fue crear una
nueva religión ‘universal’ que lograra abarcar todas
las demás religiones; y, para confeccionarla, recurre al cristianismo, zoroastrismo y budismo. Tras fundar su propia iglesia, difunde su predicamento por la India, Egipto,
China, Mongolia, norte de Africa y también España; y es perseguido en
Persia donde fue decapitado en prisión en el año 276.
Sus teorías se centraban en la lucha eterna entre el bien y el mal, presente en el dualismo gnóstico, afirmando la existencia de un principio de
Luz y otro otro de Tinieblas. Ninguno de los dos principios habría sido creado, pero el principio de las tinieblas sería el creador del mundo material.
Del principio de la Luz procedían
las almas, prisioneras en el mundo material.
Aunque ambos principios eran opuestos, entre ellos, entre el Bien y el Mal, no existía
un abismo de separación sino que sus límites se tocarían o rozarían, sin
confundirse, terminando uno donde empieza el otro.
Explica que Jesús tuvo la misión de comunicar la ‘iluminación’ y por ello era considerado ‘maestro y salvador’. Mani era el enviado de Jesús y su Apóstol por excelencia.
La iglesia maniqueista tenía una organización fuertemente jerarquizada y sus seguidores obedecían rigurosas reglas morales.
Mani predicó la abstención del sexo, la consumición de carne y de vino, la prohibición del recurso a la mentira y perjurio, blasfemia, apostasía, juramento, participar en guerras.
Sus seguidores se dividían en ‘élegidos’, que eran quienes practicaban las creencias maniqueas y tenían garantizado por ello su ingreso en el ‘paraíso de luz’; y los ‘oyentes,’ que sólo escuchaban las prédicas y por no practicar a conciencia la fe maniquea, a su muerte debían transmigrar sus almas de cuerpo en cuerpo, hasta llegar al de un elegido que lo llevaría a la salvación.
No tenían en su culto nada similar a los sacramentos, que eran rechazados por Mani, pero un rito que pretendía asemejarse a la eucaristía estaba reservado solo a unos pocos elegidos.
Subsisten algunas comunidades en oriente actualmente y su fiesta principal, “Bema”, es celebrada en los primeros meses de cada año, en ella que se recuerda el supuesto martirio de su maestro, Mani.