Herejía y posterior cisma promovida por el monje del convento de Eugregias, y luego obispo de Constantinopla (428-431), (Germancia -hoy Maras-, Siria 381/ El Kharga, Egipto 451), de quien toma su nombre.
Cuando sube a la sede patriarcal, Nestorio, se encuentra dos frentes problemáticos:
. Uno era la fuerte controversia teológica entre quienes otorgaban a la Virgen María el título de ‘Madre de Dios’ (tehotokos) y los que la designaban sólo como la ‘Madre del Hombre’ (anthropotokos).
. El otro desafío era su afán de combatir las teorías apolinaristas y arrianas.
Nestorio tenía influencia de las tesis de
Teodoto de Mopsuesta, del que fue discípulo en la escuela de Antioquía,
y propuso la teoría de que Cristo era ‘el nombre
común de las dos naturalezas’, entendiendo por éstas dos naturalezas el
conjunto de propiedades cualitativas, en detrimento del Logos, al que no
consideraba sujeto y portador de la divinidad y humanidad.
Nestorio rechazaba toda posibilidad de fusión de las dos naturalezas,
pensaba que ambas estaban juntas por ‘conjunción
en un prosopon’ (que sería una experiencia externa no dividida).
Creía en una unión admirable (admirabilis
unitas) entre la divinidad y la humanidad de Cristo, y tenía como sinónimos los conceptos de esencia y naturaleza.
Propuso pues que en Cristo existíann dos naturalezas, como dos personas
concretas, reales, independientes (prosopon), y cuya unión fue voluntaria,
accidental o moral, lo que lo llevó a negar su unión sustancial (o
hipostática).
Para fundamentar su rechazo de María como ‘Madre de Dios’ propuso que:
1)
el hijo de la Virgen María no es el Hijo de Dios;
2) en Cristo existen
dos naturalezas como dos personas distintas;
3) entre las personas no
existe una unión sustancial (o hipostática) sino meramente accidental o
moral;
4) el hombre que hay en Cristo no es Dios, sino su portador;
5) la
Virgen María sólo puede ser designada ‘Madre
de Cristo’ (Christotokos)
y no como enseñaba la Iglesia, ‘Madre
de Dios’ (o Theotokos), ya que la persona nacida de María no puede
identificarse con la persona del Verbo Encarnado por Dios Padre.
Informado obispo de Alejandría, San Cirilo, quizás su más importante opositor,
de los errores de la herejía nestoriana, decidió elevar la cuestión
ante el Papa San Celestino I, quien además de rechazarlas, invitó
a Nestorio a abjurar de sus ideas.
Nestorio no sólo se negó,
sino que consiguió también el apoyo del obispo de Antioquía, Juan; y para resolver las divergencias, el papa Celestino I convocó el Concilio Ecuménico de Efeso
(431) bajo el auspicio del emperador Teodosio II (401-450). Las sesiones empezaron el 22 de junio del año 431, preside el obispo
Cirilo y participan de 153 obispos.
En el Concilio se concluye que:
“Pues
no decimos que la naturaleza del Logos, transformada, se hizo carne, ni
que se transmutó en hombre eterno, (formado) de cuerpo y alma, sino que
el Logos, habiendo unido a sí según
la hypóstasis carne animada de alma lógica, se hizo hombre de una manera
inefable e incomprensible, y fue llamado hijo de hombre, no según sola
voluntad o complacencia, pero tampoco como en asunción de un solo
prosopon; y que distintos (son) las naturalezas que se juntan en verdadera
unidad; y de ambas, (un) Cristo o Hijo; no como si la distinción de las
naturalezas se destruyera por
la unión, sino que divinidad y humanidad constituyen para nosotros el único
Señor y Cristo e Hijo , por la concurrencia inefable y misteriosa en
unidad (....) Porque no nació primero un hombre vulgar a la santa Virgen,
y después de esto descendió sobre Él el Logos, sino que unido desde el
seno de ella, nacimiento de su propia carne (....) De este modo (los
Santos Padres) no dudaron en llamar Madre de Dios a la Santa Virgen el
principio del ser, sino que de ella fue hecho su santo cuerpo animado
racionalmente, al cual unidos según hypóstasis, el Logos se dice nació
según la carne”.
Se definió dogmáticamente que en Jesucristo no hay más que una
persona (divina) y que María debe ser llamada ‘Madre de Dios’, ya que
dio al mundo una naturaleza humana
unida hipostáticamente a la segunda persona de la Santísima Trinidad.
Por tal motivo, los Padres conciliares compusieron la
famosa oración: ‘Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte’ .
También se ordenó deponer a Nestorio de la silla episcopal que ocupaba y
el obispo de Antioquía, Juan, fue excomulgado por haber convocado un sínodo
paralelo en el que se apoyaban las tesis nestorianas y se ordenaba la
destitución de Cirilo.
En
el año 436, Teodosio II, ordenó el destierro de Nestorio a Petra
(Arabia), quien sin embargo, no cesó en difundir sus herejías sobre todo
en la India, China y Persia. A su muerte en Egipto (451), el metropolitano
de Seleucia Ctesfonte, Bársumas, luego de separarse del Patriarcado de
Antioquía, decidió la formación de la nestoriana Iglesia Nacional
Persa, cuyos restos –luego de que una parte de ella volviera a la comunión
con Roma en el año 1551- aún subsiste principalmente en Turquía, Siria,
Irán e Iraq.
Fuente: ono.com Las Herejías