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Maquis. De la ideología al terror

 


Los maquis empiezan siendo revolucionarios de tendencia comunista y llegan a convertirse en verdaderos asesinos. Veamos cómo:
 
Eran células terroristas constituidas por miembros del llamado Frente Popular que no se exilian ni durante ni tras la Guerra Civil y quedan como resistencia activa en el monte, adentrándose en poblaciones para actos de pillaje y asesinatos, con el robo se mantenían y con los asesinatos no se sabe qué querían conseguir, pero hicieron mucho daño a la población, tanto civil como militar.

El término maquis proviene del vocablo que designa la densa vegetación de la región mediterránea en Francia, un nombre adoptado por la guerrilla antifranquista que operó en y tras la Guerra Civil Española. 

Este movimiento, surgido en 1939, porque se tomo como fecha el final de la Guerra Civil, fue inicialmente protagonizado por combatientes republicanos que no lograron exiliarse o que, una vez liberados de prisión, se vieron empujados al monte por la falta de apoyo social. 

En el noroeste de la península, la resistencia se organizó en torno a la Federación de Guerrillas de León-Galicia y el Comité de Guerrillas Antifascistas en Asturias, que integraban comunistas, socialistas y anarquistas = Frente Popular.

Las células guerrilleras se diseminaron por las zonas montañosas del Bierzo, el Maestrazgo, el sistema Central y las serranías de Cádiz y Málaga. 

El incremento en los destacamentos de la Guardia Civil y la disminución del respaldo popular debilitaron progresivamente a estos combatientes que obedecían a Rusia, muchos de los cuales terminaron rindiéndose o huyendo al extranjero. 

La represión fue intensa: un ejemplo temprano es la ejecución sumaria de 28 personas en Logrosán, el 8 de Diciembre de 1940, por orden del teniente coronel Manuel Gómez Cantos, que buscó repetir la actuación en Castilblanco, frustrada por la intervención del párroco Ambrosio Eransus Iribarren, ex capellán de los requetés.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la imagen romántica de la resistencia guerrillera cobró fuerza y la invasión nazi de la URSS en 1941 desencadenó la movilización global de los comunistas en defensa del régimen soviético. 

En Francia, más de 10.000 españoles se sumaron a la resistencia bajo las órdenes del Partido Comunista Francés. 

La liberación de Francia en 1944 animó al PCE a lanzar la llamada Operación Reconquista de España, con el objetivo de invadir el país desde los Pirineos y provocar un levantamiento popular que derrocase al régimen de Franco. 

El plan culminó en Octubre de 1944 con la invasión del Valle de Arán, pero la ofensiva fue un rotundo fracaso. 

El general García Valiño, jefe del Estado Mayor, encomendó a Moscardó y Yagüe la misión de repeler la incursión. 

De los 8.000 guerrilleros comunistas que cruzaron la frontera, solo murieron 129, mientras que las tropas franquistas sufrieron 32 bajas. 

El coronel Vicente López Tovar ordenó la retirada al territorio francés. 

A partir de entonces, figuras como López Tovar y Jesús Monzón, líder del maquis en el interior de España, fueron purgadas por Santiago Carrillo, que aprovechó el fracaso para consolidar su control sobre el PCE, eliminando a rivales como 

  • Gabriel León Trilla, 
  • Alberto Pérez Ayala y 
  • Pere Canals, 
todos asesinados entre Septiembre y Octubre de 1945.

Monzón, tras ser delatado por miembros del PSUC en Barcelona, fue encarcelado en 1945 y condenado a 30 años, aunque sería indultado en 1959. Tras exiliarse en México, regresó a España como profesor en el IESE durante los años del desarrollismo. 

Las acciones guerrilleras comunistas se estructuraron en agrupaciones como la de Levante y Aragón, el Ejército Guerrillero de Galicia y la Agrupación Guerrillera de Asturias. Sin embargo, en 1948, Stalin ordenó suspender las actividades guerrilleras en España y Grecia, aunque en este último país los combatientes no acataron la instrucción.

El ocaso del maquis vino determinado por 

  • la falta de recursos, 
  • el creciente aislamiento internacional y 
  • la consolidación del régimen del general Franco tras 1953. 

La guerrilla, que sobrevivía a través de robos y secuestros, fue perdiendo apoyo popular y degradándose en su lucha. Sus actos de violencia, como el asesinato de guardias civiles, párrocos y civiles, llevaron a su criminalización, siendo vistos como bandidos más que como combatientes. 

Uno de los episodios más brutales ocurrió en 1946 en Gúdar, donde, tras el suicidio de la esposa de Florenci Guillén "El Pinchol", su partida vengó la muerte con el asesinato de seis guardias civiles, varios civiles y niños.

El libro Maquis. La historia de la guerrilla antifranquista de Secundino Serrano, junto a la obra clásica El Maquis en España de Francisco Aguado Sánchez, documentan cómo esta resistencia, que comenzó cou un sentido "ideológico", acabó derivando en una lucha condenada al fracaso, dejando un saldo de 953 asesinatos y casi 6.000 atracos. 

Según datos del Ministerio del Interior, que publicó La Razón, hubo 1.826 enfrentamientos entre guerrilleros y fuerzas del orden, con un coste de 310 muertos entre policías, militares y guardias civiles, mientras que los maquis perdieron 2.173 hombres y otros 3.387 fueron capturados.

La historia del maquis termina con las muertes de sus últimos combatientes: 

  • Francisco Sabater Llopart, "Quico", abatido en enero de 1960; 
  • Ramon Vila Capdevila, "Caracremada", caído en 1963; y 
  • José Castro Veiga, "O Piloto", muerto en 1965, siendo recordado como el último de los maquis en desaparecer. 
Estos episodios representan un capítulo oscuro y complejo de la historia de España, donde la supuesta lucha por la libertad se convirtió en la sangrienta sombra del pillaje, bandolerismo, criminalismo y terror. Los tan ensalzados maquis, por algunos, no fueron más que terroristas a las órdenes de Rusia.
 

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